Marion procuro vestirse con el mejor kimono que Rengoku le había encargado. En su año de Kakushi no le importo mucho tener poco repuesto de ropa casual, la mayoría del tiempo llevaba el uniforme, atareada en alguna mandato o misión. Los Kakushi siempre estaban ocupados restaurando, limpiando, curando o enterrando. No había tiempo para salir y tampoco tenía amigos cercanos con quien pasar el rato. Cuando llegó a la casa de los Rengoku, y Kyojuro observo el poco guardarropa que tenía, insistió demasiado en mandar a hacer varios kimonos más.
Sonrió ante ese recuerdo. Acariciando la fina tela estampada, el bicolor siempre se había preocupado por ella, queriendo darle todo lo que necesitaba en la medida de lo posible.
Agito la cabeza, el plan se efectuaría en menos de 48 horas. Así que debía mantener la mente fresca, necesitaba dejar de pensar cosas innecesarias, cosas que podían obligarla a desistir. Extendió encima del futón los dos Kimonos que mas llamaban su atención, si era necesario repartir el guardarropa para los dos días del evento. Usaría el vinotinto con estampadas de flores de mándela ese día, era un bonito color sobrio que pasaba desapercibido entre la multitud. El segundo era de un brillante color azul con estampados tradicionales en color pastel, ese lo usaría el día de enfrentar a Jingoku, entre la oscuridad del bosque sería fácil de distinguir y no habría problemas en reconocerla a una distancia prudente. Guardo el kimono restante en el ropero, según lo que había ideado y tomando en cuenta que Uzui no estaría hasta mañana en el pueblo, tenía que volver antes del anochecer a la seguridad de la mansión, dejando el segundo día del festival como el gancho para realizar el plan.
Asintió de acuerdo con sí misma. Vistiéndose y maquillándose, esperando que Kyojuro quedará levemente encantado con el resultado. Nunca se había alistado con tanta pomposidad, siempre había vivido en las montañas, lejos del pueblo y casi nunca bajaba si no era para vender pieles y otros suplementos. Mirándose en el espejo, en la soledad de su habitación, sintió que su corazón se aceleraba. Volviendo a repasar mentalmente lo que haría, sintió una punzada de culpa en su pecho. Estaba excluyéndolo del plan, pero no había otra alternativa, si llegaba a enterarse estaría en contra y se interpondría. Si todo salía bien, seguramente se molestaría muchísimo, la pagaría con Uzui y no dejaría de estar de mal humor por un tiempo.
Se aliso el cabello, tratando de olvidarse del asunto.
Después de varias cepilladas, dejo el peine a un lado y se dirigió al tocador, sacando lápiz y papel para escribir otro par de cartas. Necesitaba que todo estuviera en su lugar antes de efectuar el plan. El Shōji se abrió levemente cuando ella ya había guardado ambas cartas en el gabinete.
—Estas lista? —pregunto el bicolor, sin esperar una respuesta entro en la habitación dejando el Shōji a medio cerrar. Marion lo miro de reojo, parecía dispuesto a reclamarle algo— Vi el cuervo de Uzui está mañana...—
La Ex Kakushi volvió a dirigirse al espejo, viendo si tenía algún defecto que debiera arreglar antes de salir. Este tipo de cosas era la parte más difícil, ya estaba acostumbrada a ocultarle información, pero ahora que el pilar sabía que lo evadía parecía estar más atento a su alrededor. Trato de sonar poco interesada, como si aquello no fuera nada extraño.
—No estoy en una prisión, puedo mantener correspondencia con mi antiguo mentor— saco un pequeño estuche, untando la pequeña crema rosada en sus labios. La señora Fubuki una vez le menciono que la manera mas efectiva de hacer que un hombre perdiera el interés en un tema era hacerlo pensar en otro. Se dio la vuelta para quedar frente al pilar, haciendo que su cabeza se inclinara hacía un lado de una manera coqueta— Como me veo? —
—No quiero discutir contigo Marion...— El pilar contuvo el aliento al verla mejor— Estás... hermosa— se sintió algo nerviosa mientras la miraba de arriba abajo, como si la estuviera analizando por completo. Camino hacia él, esperando que confundiera su sonrojo con el rubor del maquillaje— Debemos decirle a la señora Fubuki que te traiga más de esos labiales, y mandar a hacer dos kimonos más de ese color. Te queda precioso— la peli azul sintió que toda su cara debía estar completamente roja, en realidad no pensaba que fuera a gustarle tanto esa apariencia. El pilar pareció darse cuenta de que había perdido el hilo de la conversación, agito la cabeza y se cruzó de brazos— hace cuánto estás en contacto con Uzui? solo he visto el cuervo una vez... Es extraño—
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Flama『炎』
أدب الهواةKujo Marion perdió su hogar en manos de un demonio. Siendo la única sobreviviente de la masacre, no tiene más alternativa que seguir con su vida e intentar progresar en una civilización que solo la ve para un solo propósito. Rengoku Kyojuro, el pil...