13. La Esperanza de un Corazón Herido - Candice

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Tres semanas pasaron y todo aparentaba estar normal, Candy ya se había acoplado a la ciudad y su nueva familia, con quieres salía de paseo en sus días libres, cenaban o comían juntos y cosas por el estilo. Durante ese lapso también había recibido y respondido algunas cartas; de Terry, Annie y el hogar de esa mañana antes de salir a trabajar, le sorprendió una nueva misiva proveniente de Florida, sin leerla la guardo en su bolso y salió a cumplir con su empleo, para lo cual y como ya se les había hecho costumbre, los tres LeLudec ya le esperaban fuera de su departamento.

—Me llegó carta de Patty... —le hizo saber luego de saludar.

—Ah? si? —balbuceo nervioso— y que dice?

—Aún no la abro... —sonrió— por la tarde podemos leerla juntos...

—Claro! —respondió antes quedar en completo silencio el resto del camino.

En ese mismo día, luego de que durante ese período de tiempo Albert no volviera a tocar el tema de la investigación; finalmente Archie recibía el primer informe desde New York. Ávidamente lo leyó y marco aquéllos puntos que creyó más importantes y en cuanto tuvo la oportunidad fue a la oficina principal para entregarlo.

—No está con Grandchester... ni tampoco en los alrededores, han buscado en Brooklyn, Queens, Manhattan, Long Island y otros lugares más... —le explicó luego de un breve saludo.

—Y él? —preguntó con dejó de tristeza en la voz.

—Él trabaja normal, sólo sale con algunos de sus compañeros de trabajo y muy de vez en cuando visita a Eleonor Becker.

—Eleonor Becker...? quizá este escondida ahí...

—Por favor Albert! crees que ella pueda soportar más de tres días encerrada? además desde que regreso ahí sólo ha ido en un par de ocasiones y siendo ella tan afamada actriz, quizá sólo va por consejos...

—Y entonces para que me lo dices? —sonrió

—Es que soy fan de ella y no lo pude resistir... jaja... —ambos jóvenes rieron por tan sólo un momento.

—Algo más?

—Si... no sé... quizá sólo sea mi falsa esperanza pero, aquí me informan que aparte de cuentas y cosas por el estilo, sólo recibe correo de Cleveland...

—Cleveland? quien le escribe?

—LeLudec... —respondió con duda— S. LeLudec...

—Quizá es algún otro actor o actriz, un amigo o...

—O podría ser Candy...

—No... Ella no firmaría con un nombre falso...

—Aun así mandare otro detective a esta ciudad para que averigüe de quien se trata y podamos salir de dudas.

—No Archie... cancela la investigación.

—Pero...

—Cancela... con todo lo que ha pasado... —musito abrumado— no puedo seguir así, si la encuentran con que cara podría enfrentarme a ella...

—Albert, si lo dices por lo que paso con...

—Si... —le interrumpió— lo digo por Nichole...

—Pero te engañaron! —le reclamo creyendo que se trataba de una muestra de cobardía— no puedes permitir que se burlen así de ti!

—Haya sido como haya sido... ante todo soy un caballero y ya di mi palabra...

En el hogar de los LeLudec, el grupo convivía amenamente en la reducida estancia, Anne Marie seguía insistiendo para que existiera una relación más cariñosa entre la oji verde y su hermano, pero estos sólo la ignoraban o ponían el pretexto de ser primos, la otra pelinegra solía mostrarse demasiado distante y esquiva cada vez que salía a relucir ese tema tal y como en esa ocasión.

Que Sople el VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora