Las calles lucían solitarias; tal vez por eso el camino de regreso a casa se le hizo demasiado largo y sin embargo Terry estaba seguro de su decisión. Luego de ver el apartamento y confirmar su interés en este, el castaño aseguro que se mudaría lo más pronto posible; aunque por el momento su mente trataba de encontrar una forma de decírselo a Candy.
Al llegar a la buhardilla, se sorprendió de encontrarla vacía; pero aun así no se preocupó, pues quizá la pecosa estaría con los LeLudec o en el hospital. Sin ganas de nada entro en la alcoba, se tumbó en la cama y así permaneció, esperando lo inevitable.
•••
La enfermera por su parte, por primera vez en su vida sentía los efectos del alcohol. Aún consciente de sus actos llego a casa acompañada por Peter, quien espero hasta verla ingresar al edificio, donde una vez dentro la chica ignoro todo a su alrededor y sin preámbulos, suponiendo que no habría nadie, entro a la recamara.
-Aquí estas -dijo con desinterés al verlo.
-Sí -balbuceó sin mirarla-. Pero si quieres ya me voy.
-Haz lo que te dé la gana -siguió su camino hasta la cómoda de donde saco su camisón; mientras el castaño se incorporaba-. Siempre haces lo que quieres, o no?
-Me gustaría hablar contigo?
-En serio? -respondió atropelladamente dejando notar su estado-. Eso sí que me sorprende!
-Cand...
-Es decir, yo pensé que estabas decidido a no volver a dirigirme la palabra.
-Estas bien?
-Sí! Sí; estoy bien! -abrió los brazos en un gesto exagerado-. No me ves? Estoy perfectamente bien!
-Acaso... de dónde vienes?
-Y ahora te importa lo que hago?
-Dónde estabas Candy? -se levantó molesto y confundido, pero después de tanto tiempo, dispuesto a enfrentarla.
-Ese no es tu asunto -sentencio.
-Es obvio que... -tiñó su voz de desilusión-. Jamás creí llegar a verte así.
-Estas queriendo decir que tú tienes derecho a tomar, a ir no sé dónde, con quien sabe quién y a regresar completamente ebrio; pero yo no? Porque si es eso déjame decirte que te equivocas -debía ser honesto consigo mismo y la verdad era que no sabía cómo enfrentar esa situación; pero la idea de que eso lo había provocado él, tenía algo de cierto.
-Yo no quise decir eso; yo... tú... Ok! Tienes razón. Pero es que Candy; me he equivocado de tantas formas que...
-Qué?
-Estuve mal al comportarme como lo he estado haciendo.
-Sí. Tienes razón. Pero eso ya no tiene remedio y la prueba aquí está.
-Cuál prueba?
-Durante semanas apenas me diriges la palabra y me esquivas tanto, que ya me acostumbre a no verte nunca por aquí.
-Eso es porque...
-La verdad es que a estas alturas ya no me interesa saber la razón del porque lo haces. Lo único seguro es que el encontrarte aquí y que me digas que quieres hablar; solo puede significar dos cosas.
-Y según tú; cuáles son?
-Que te piensas ir; tal vez ahora si regresaras a New York o... -suspiro-. O que quizá hay alguien más...
Terry no supo cómo fue que llego tan rápido a ese punto. Lo único claro que tenía era que Candy lo conocía tan bien, que había acertado con ese último comentario. Habría querido decirle que se equivocaba, que nunca había existido nadie más y que lo último que pensaba era en marcharse; pero todo habría sido una mentira.
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Que Sople el Viento
FanfictionEn ocasiones el amor no es suficiente y algunos cambios en nuestra verdadera identidad nos hacen perder lo más importante.¿Qué sucede cuando este cambio nos hace débiles ante nuestros propios sentimientos? ¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor...