No podía dormir; su mente no descansaba. Había mentido al decir esas palabras; a pesar de todo lo amaba y sí, claro que quería hacer el amor con él, pero no así, no en esas circunstancias.
A mitad de la noche se levantó por un poco de agua; no tenía sed pero aun así bebió rápidamente. Cuando regreso al lado del castaño, lo observo, froto sus manos para que no estuvieran frías y con una de estas delineo su rostro, recorrió su nariz y la curvatura de sus labios, y sin retrasarse más, lo besó. El no respondía, dormía profundamente aunque lucia un largo rato lo observo una vez más y le dio otro beso; después se acurrucó entre sus brazos hasta que se durmió.
•••
La mañana era fría pero para Terry no importaba, le consolaba tenerla entre sus brazos y poderle brindar ese calor que gracias al clima, necesitaba. En la ventana comenzaron a escucharse los tenues golpeteos de una llovizna que amenazaba con ser más que eso, y en medio de su abrazo sentía el movimiento natural de alguien que recién despierta.
-Buen día, princesa pecas -murmuró sin deshacer su abrazo.
-Este es el qué? El veinteavo apodo con que me bautizas? -sonaron sus palabras contra aquel pecho.
-Te va perfecto -busco una posición más cómoda sin separarla de su cuerpo y la abrigo un poco más-. Para mi eres una princesa y aún tienes muchas pecas.
Por varios minutos no hubo más palabras, solo el placer de sentir la mutua compañía. No había cabida para nada; las peleas, los rencores, las verdades no dichas y las descubiertas, no tenían lugar en ese instante. Tenían hambre, tenían frío; pero quizá más importante que todo, tenían un poco de tranquilidad.
Terry besó la rubia cabellera y fue hasta entonces que ella levanto la vista, le sonrió y buscando otro beso, se estiró un poco hasta obtenerlo. Después volvió a refugiarse y a dibujar extrañas formas en aquel pecho.
-Tengo frio -admitió.
-Es porque no vestiste tu camisón. Si quieres puedo buscar otra frazada.
-No. Estoy muy cómoda así.
Nuevamente el silencio; aquella calma precedente a la tormenta. Mientras en sus mentes había cosas tan distintas. El moreno pensaba en quedarse a su lado y la rubia en que pronto se iría.
-Aún me amas? -pregunto de repente, cuando la lluvia arreciaba.
-Te amaré siempre y lucharé por, ti cada día -era sincero al asegurárselo.
-Aunque estemos separados? -era consciente de que volvía mentirse a si misma.
-No me iré. Me quedaré aquí; a tu lado.
-Pero es lo que querías hacer.
-Sí. Lo quería. Pero ya no.
Cortas conversaciones eran las que tenían; por algunos momentos ninguno sabía que decir o como decirlo, y cuando se les ocurría algo solo cruzaban unas cuantas palabras antes de volver a perderse en esa ligera ausencia.
-Qué hora es?
-Casi las 10:00 -sobre la repisa, Terry lo confirmó.
-Tengo hambre -sonrió.
-Yo también.
-Salgamos a desayunar.
-Pero está lloviendo.
-No importa. Salgamos -queria disfrutar junto a él, antes de que se marchara a la que sería su nueva dirección.
-A dónde quieres ir?
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Que Sople el Viento
FanfictionEn ocasiones el amor no es suficiente y algunos cambios en nuestra verdadera identidad nos hacen perder lo más importante.¿Qué sucede cuando este cambio nos hace débiles ante nuestros propios sentimientos? ¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor...