A las 7:30 am Candy despertó, vistió su bata y salió con el resto de su ropa en la mano, reviso el pasillo y en cuanto se aseguró de que no había nadie, se dirigió a su alcoba, pero a unos pasos de llegar escucho abrirse una de las puertas tras ella.
—De dónde vienes? —pregunto Stear, acusatoriamente.
—Ohm... yo... —había sido descubierta, no se le ocurría nada, la situación era obvia.
—Terry? —pregunto suspicaz.
—Sí... —estaba más que avergonzada.
—Acaso. Acaso él es una especie de entretenimiento para ti? —su tono de voz cambio a uno de total decepción.
—Qué? —no entendió a qué se refería.
—Sí; para ti Terry es un juego, un pasatiempo, alguien para hacer y deshacer.
—Por supuesto que no!
—Entonces?
—Tuvimos problemas; pero ya está todo solucionado.
—Sí; claro! —se burló olvidándose del tiempo y de que tenía que ir al trabajo—. Y cómo lo solucionaron? —esa parte fuerte e incomprensible en el carácter del joven, estaba emergiendo—. Con sexo?
—No! —la rubia abrió los ojos de par en par; intento pensar en algo inteligente para defenderse, pero la sorpresa que aquella frase le produjo opaco su intento.
—Bueno. Me equivoque. Me alegra saber que ya han hablado del asunto, que limaron asperezas y vuelven a estar juntos —hizo una pausa que ella sintió eterna—. Una última pregunta.
—Cuál? —el hilo de voz con que respondió denotaba su vergüenza.
—Cuánto tiempo durara esta vez?
Candy no tuvo palabras con que responder; habría querido decir que era definitivo, que al fin pronto se casarían y que era un metiche al entrometerse en su vida; pero solo trago en seco, pues aún no se había dado la oportunidad de hablar con el actor.
—Tú eres una chica linda —suavizó la voz—. Mereces ser feliz. Y estoy siendo duro, lo sé, pero a pesar de todo aprecio a Terry, es... mi amigo y no merece algo así. Candy; es un buen hombre y te ama...
—También lo amó —al fin balbuceó.
—No digo que no sea así —inspiró un poco de aire antes de seguir—. Lo que estoy tratando de decir es que; si esta vez es en serió, debes ser más consciente de tus actos.
—No todo fue mi culpa —un tono de vacío se instaló en ella.
—No. Pero al menos debiste controlar tus impulsos y hablar con él antes de haber pasado la noche a su lado —quería hacerle ver lo importante que era para él—. Ya no tienes quince años y no es bueno que se separen una y otra vez; eso solo demuestra la inmadurez de los dos. Acaso nunca te has preguntado que harás con tu vida si su relación ya no funciona? Seguirás tras el sueño del chico que abandono el colegio por ti?
—Stear...
—Esto no ha pasado una o dos veces —la ignoro—. Ha sucedido cuantas; cinco veces? Las que sean; te parece poco?
Una reprimenda demasiado dura, pero necesaria; eso acababa de recibir justo cuando comenzaba a creer que había madurado lo suficiente y que ya no volvería a echar las cosas a perder, pero lo estaba haciendo y Stear tenía razón, tanta como Terry cuando la dejó. Esta vez debía poner más empeño en demostrar, no solo a ella sino a los demás, que no volvería a caer en el vicio de su testarudez; cambiaria o al menos lo intentaría, y momentos como el de esa madrugada no se debían repetir. Al menos no, hasta que hablara con Terry.
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Que Sople el Viento
FanfictionEn ocasiones el amor no es suficiente y algunos cambios en nuestra verdadera identidad nos hacen perder lo más importante.¿Qué sucede cuando este cambio nos hace débiles ante nuestros propios sentimientos? ¿Qué estarías dispuesto a hacer por amor...