Que Sople el Viento

44. Frases Hirientes

Una semana había pasado y la angustia había quedado atrás, gracias a que ese retraso había sido una afortunada falsa alarma.

En el hospital todo seguía igual; a veces demasiado trabajo, otras todo estaba muy tranquilo. Pero para fortuna de la ojiverde, luego de casi dos semanas, un merecido descanso se aproximaba.

Ese jueves llego temprano a casa y encontró al fin, una carta de Cleveland. Emocionada la abrió y justo antes de sacarla, prefirió esperar a que Terry llegara para así poder leerla juntos.

En esa ocasión, al saber que no subiría al escenario; en cuanto el director termino de dar instrucciones y su usual discurso, se marchó. Como siempre, paso al hospital y nada más supo de la pronta salida de su pecosa, camino de regreso a casa.

-Ya llegue! -dijo al entrar

-Aquí estoy! -le respondieron desde la cocineta-. Llegas temprano.

-Lo mismo digo

-Llego carta de Stear -salió de donde estaba para dirigirse a el-. La iba a leer, pero pensé que era mejor idea esperarte

-La leeremos después de la cena -confirmo el actor

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Esa noche Peter hacia guardia nocturna. El clima era húmedo, los pacientes escasos y no tenía nada de trabajo pendiente. Aburrido completamente, opto por ir a dormir hasta que le llegara algo de trabajo. Pero para su desgracia, cansancio y somnolencia eran lo único que no tenía; en lugar de descansar, los pensamientos se agolpaban en su mente intentando dejarse escuchar todos a la vez.

-Creo que tendré jaqueca -se dijo lastimeramente mientras se llevaba las manos a la cabeza.

Preguntas como:

Quién es Albert?, por qué tiene que asistir a consultas fechadas?, cómo es posible que sea novia de ese sujeto?, qué vino a hacer aquí?, alguna vez estuvo interesada en mí?, que puedo hacer para que este conmigo en lugar de estar con él?

Eran las dudas que atiborraban su mente, y a las cuales trataba de darles alguna respuesta.

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Queridos Candy y Terry:

Nos alegra tanto finalmente saber de ustedes, pero sobre todo saber que se encuentran bien y que al fin están de nuevo juntos. También nos alegra saber que tan rápido han encontrado un sitio donde vivir; espero nos hagan el favor de ayudarnos a buscar el nuestro, el cual, obviamente tendrá que ser más grande y por experiencia sé que también será más difícil de encontrar.

Por lo que comenta Candy, el trabajo en el hospital parece ser agotador. Ojala que cuando reciban esta carta eso haya cambiado; aunque no demasiado, ya que de ser así, perderíamos la oportunidad para el trabajo de las chicas.

En cuanto a ti Terry; confió en que te estés comportando como todo un caballero con mi hermana, de no ser así, te las veras conmigo...

-Qué opinas Candy? -animado, interrumpió la lectura-. Me porto como el caballero que soy?

-A veces... -bromeó la rubia

-Cómo que a veces?! -dijo fingiendo indignación

-Sí -trataba de no reír

-Dame un ejemplo

-Eso es fácil -afirmo muy segura y luego de un par de segundos meditando, continuo-. Qué me dices de la primera noche que estuvimos aquí?

-Bueno... Una de tantas no es nada. Además; desde entonces nos hemos comportado. Intenta darme otro ejemplo; no podrás.

-Qué tal la noche en que peleamos y regresaste en tan malas condiciones?