Golpeo el saco con fuerza una vez más. Estoy jadeando, me duelen los nudillos pero no me detengo. Los músculos de mis brazos arden, y siento el sudor corriendo por mi frente y mi espalda.
Un sonido ronco retumba en mi pecho y atesto el golpe final. Mi mirada se desvía hacia la pequeña silla que se encuentra a un lado de la pared y me siento sobre ella tomando un atoalla y enredándola en mi cuello.
Garret solía venir seguido pero desde que está con Nicol y su estudio de grabación dejó de hacerlo, ahora solo viene un par de veces al mes. Jake es el único que me acompaña cada día, solía traer a Cindy algunas veces pero luego de ver a los demás sin apartar la mirada de su novia le prohibió la entrada al gimnacio.En ese entonces no entendia sus celos, pero ahora, con Cath lo comprendía perfectamente, tampoco quisiera que estuvieran viendo a mi novia a cada rato.
Relajo mi respiración poco a poco, me quito las vendas de las manos dejandolas a un lado de la silla, me pongo de pie y antes de entrar a las duchas veo a Jake acercarse con una sonrisa y unas botellas de agua en las manos.
— ¡Hey! — saludo.
— ¿Terminaste? — me pregunta alcanzandome una botella.
Asiento con la cabeza a la vez que bebía el agua de la botella — : ¿Tu recién empiezas? — le digo regresando la botella casi vacia.
— Así es, ¿Vas por Cath?
— Si, de hecho ya voy tarde.
Volteo entrando a los vestidores no sin antes escuchar las burlas de mi querido amigo.
Luego de una rápida ducha salgo del gimnasio de camino hacia la dirección que me dió Cath, en apenas veinte minutos ya me encontraba frente al edificio. Aparqué el coche en el parqueo, tomé mi teléfono y salí del coche luego de enviarle un mensaje para que saliera.En pocos minutos la vi en la entrada y una sonrisa se formó en mi rostro con tan solo verla, llevaba unos shorts demasiados cortos para mi gusto así como la blusa dejaba ver parte de su abdomen e iba con el pelo un poco húmedo risado en las puntas por el agua. Sonreí más al ver que estaba con ella, que solo yo podía causar esa sonrisa que tenia.
Terminó de bajar las escaleras hasta llegar a mi y antes de que pudiera decir alguna palabra la tomé por la cintura y la besé.— Hola — dijo con una sonrisa, subió sus manos hasta mis orejas y quitarme las gafas que llevaba para luego ponerselas.
— Hola, ahora si puedo ver tus ojos.
— No me dijiste que ibas a un gimnasio, gatita.
— No creí que fuera importante — contestó — Aunque tu igual no me lo comentaste.
— Si, tienes razón, aunque creo que cambiaré de gimnasio — pasé un poco de su pelo por las orejas y volví a darle un beso en los labios — ¿Quieres ir a cenar? — pregunto besando el dorso de su mano.
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Tu mi "y" Wattys2019
Teen FictionNormalicemos ser el número uno. Ser egoísta es normal, ser arrogante y selectivo es normal. Él era el número uno, creía ser, de hecho estaba seguro. ¿Que podía faltarle? absolutamente nada. Así fue hasta una peculiar noche. Encontró a alguien que...