La noche cae lenta y tortuosa mente. Es casi agonizante. Miro el reloj una vez más y me doy cuenta de que son las nueve y media de la noche.
Veo ambas puertas abrirse, de una sale un coche en el que distingo al señor Levi y seguramente a esa mujer junto a Arda y en la otra se encuentra Cath junto con Nathan mientras el la abraza.
Algo que me molesta demasiado.
¡Por qué mierda Nathan sale de su casa!
El coche se aleja acelerando el paso mientras Cath sigue con Nathan en la puerta. Ambos sonríen notoriamente y el impulso que siento de bajar del coche es más fuerte y acelero hasta quedar junto a ellos. Me precipito fuera y doy un portazo. Ella voltea en el momento en el que se da cuenta de que estoy a pocos metros de distancia; y por un instante creo que va a hecharse a correr dentro, la luz de las farolas es demasiada tenue cómo para tratar de mirar su expresión.
Y entonces es cuando todo lo que trataba de contener se desata.
Nathan tiene sus asquerosos labios sobre ella. Estoy a pocos segundos de llegar junto a ella y lo primero que hago es estampar mi puño en la cara de Nathan.
Cath suelta un grito acercándose a la puerta. Me acerco a Nathan y empiezo a golpearlo repetidas veces sin dejarlo defenderse.— ¡Zedd! — escucho que grita.
— ¡Basta, Zedd porfavor! — ignoro cualquier grito cercano y no me detengo.
Y pasa lo que menos esperaba, Cath me sujeta del brazo pidiéndome que parara — : Por favor detente.
Me alejo de ella soltandome de su agarre y me pongo de pie.
— ¡Era mi maldita novia! — grito con todas mis fueras hacia el.
— ¡Y tú eras mi mejor amigo! — responde poniéndose de pie — ¡Lo único que haces es lastimarla! ¡No mereces estar con ella!
— ¡Cállate! — digo — ¡Eres un maldito hijo de puta!
— ¡Tu, cállate! ¡Quieres destruirla a ella también!
— ¡Ya basta, Nathan! — grita Cindy.
— ¡No quiero que te acerques a ella...¡No te quiero cerca de ella! — estaba dispuesto a golpearlo cuando escucho la puerta cerrarse con fuerza.
Cath ya no estaba a mi lado.
¿Qué mierda?
Necesito hablar con ella.— ¿Cath? — digo poniéndome frente a la puerta — ¡Cath! ¡Cath, porfavor!
Empiezo a tocar la puerta repetidas veces, se que se encuentra detrás y no pienso irme hasta hablar con ella — : ¡Cath porfavor! ¡Cath abre la puerta!
— ¡Vete! — la escucho decir.
Niego con la cabeza — ¡No! — grito golpeando cada vez más fuerte — ¡Cath abre la puerta!— ¡Por favor, Zedd! ¡Solo ve a casa! — dice con la voz entrecortada, se que está llorando pero no puedo irme no puedo dejar que esto se quede así.
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Tu mi "y" Wattys2019
Teen FictionNormalicemos ser el número uno. Ser egoísta es normal, ser arrogante y selectivo es normal. Él era el número uno, creía ser, de hecho estaba seguro. ¿Que podía faltarle? absolutamente nada. Así fue hasta una peculiar noche. Encontró a alguien que...