Capítulo 19

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Domingo en la mañana y el día siguiente a la cita, empezé a moverme incómoda al escuchar el sonido del despertador, si, quizás sea algo tonto levantarse temprano un día que no haya clases pero ya estoy acostumbrada

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Domingo en la mañana y el día siguiente a la cita, empezé a moverme incómoda al escuchar el sonido del despertador, si, quizás sea algo tonto levantarse temprano un día que no haya clases pero ya estoy acostumbrada. Trato de ignorar el irritante sonido del teléfono cubriéndome por completo con las sábanas.
No funciona, el ruido sigue ahí aumentando cada vez más su volumen.
Hasta que de la nada, dejó de sonar.

— Despierta Cath — escuché la voz de mi hermano mientras me movía un poco.

Descubrí mi rostro y lo vi ahí sentado al borde de la cama con mi teléfono en la mano.

— ¿Te irás ya? — pregunté — ¿ Enserio tienes que irte?

Sonrió en modo de disculpa — Volveré para cenar juntos hermanita.

— ¿Mamá y papá?

— Mamá en el hospital y papá salió de viaje, regresa mañana.

Suspire con cansancio.
Estaría sola todo el día.

— Ok. Vuelve pronto — le dije agarrando su mano.

— Vale, te quiero — me dió un beso en la mejilla y salió de la habitación.

Bajo de la cama y me pongo ropa de casa o como diría Cindy, "ropa vieja"  antes de bajar por las escaleras, estoy en casa, al menos aquí no tengo porque preocuparme por como lucir y solo llevó unos shorts con una blusa suelta de manga larga.

Rápidamente empiezo a ordenar el poco desorden en el que se encuentra mi habitación o al menos mi cama.
Bajo hacia al primer piso y me acercó a buscar algo en la refrigeradora, antes de abrirlo me percató de las tantas notas que mamá suele pegar en la puerta para avisarme que hacer y como cada domingo que ella no está debo limpiar la casa.

Enciendo la radio y empiezo con el "Desastre" y llamarlo desastre sería algo exagerado, ya que como no tengo hermanos pequeños y como casi nadie está en casa solo seria quitar el polvo y fregar los trastes de la cocina.

Una vez acabo reviso la última nota que estaba pegada. Tenía que regar el preciado jardín de mi madre, a diferencia de ella no era tan fans de convivir con la naturaleza.

Tendría que empezar con el jardín de la entrada y al abrir la puerta lo veo ahí, parado de espaldas dudando en salir o no por la puerta principal.

— ¿Zedd? — se detiene y voltea con una sonrisa rascandose la nuca.

— Hola.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — pregunto dirigiendo mis manos a mis caderas limpiando mi ropa.

— Vine a visitarte — pasa la mirada por el suelo — Encontré la puerta abierta ¿Estás ocupada?

Volteo hacia atrás y decido en decirle que si o no, regreso mi mirada a Zedd quien ahora está mirándome con una ceja levantada y una sonrisa de lado. No entiendo que se propone, pero cuando señala mi cuerpo desvío la mirada..

Tu mi "y"  Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora