— Hola — reconosco enseguida la voz de Alan.
Levanto la mirada y descubro que está aquí, todo el día lo he estado evitando, al menos hasta encontrar la forma de entender lo que sucedió anoche, pero parece que ni la biblioteca puede ocultarme de chicos como él, quienes claramente no suelen asistir a estos lugares.
Alan toma asiento junto a mi lado y casi enseguida me siento correctamente.
— Hola — señalo su asiento — No me lo tomes a mal, pero ¿Qué haces aquí?
— No voy a demorar mucho — sonríe — Debemos hablar.
— No lo creo, ya estaba por irme.
— Parece que me estas botando.
¿Parece? Creí que era clara.
Bajo mi mirada a mi libro y lo cierro.
— Sabes que tenemos que hablar.
— No tenemos — le corrijo — No tenemos que hablar de eso, podemos hacer como si no hubiera pasado.
— Después de besarte dudo que pueda olvidarlo.
— No, no lo digas.
— ¿Porque? eso sucedió.
— Solo no se lo digas a Zedd.
Frunce el ceño — ¿Y por qué no quieres que se lo diga?
Esa pregunta me toma desprevenida.
— No estamos hablando de eso.
— No pero ahora si — insiste — ¿Por qué no quieres que se lo diga?
No respondo y el cambia su pregunta.
Suspira resignado al saber que no voy a contestar — ¿Por qué crees que te besé Cath?
— Dímelo tu.
— No, me gustas Cath.
— ¿Y entonces, porqué me besaste?
Se encoje de hombros — : ¿Qué no es obvio?
— No, no lo es, ahora dime.
— Lo explicaré fácil — suspira — ¿Qué sentiste cuando te besé?
— Sorpresa — respondo enseguida.
— ¿Solo eso?
— Si, solo eso.
— ¿Y que sientes cuando te besa, Zedd?
Rápidamente me sonrojo.
— ¿Qué sentido tiene esa pregunta? — pregunto confundida.
— Solo responde, cachorrita.
"No soy un perro"
No lo hago y el suspira.
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Tu mi "y" Wattys2019
Teen FictionNormalicemos ser el número uno. Ser egoísta es normal, ser arrogante y selectivo es normal. Él era el número uno, creía ser, de hecho estaba seguro. ¿Que podía faltarle? absolutamente nada. Así fue hasta una peculiar noche. Encontró a alguien que...