Capítulo 27

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Viernes.

Miré a  mi alrededor y vi mucho movimiento por toda la zona. Los hombres iban con trajes de distintos colores y las mujeres con trajes empresariales.
Salía de la oficina de papá luego de llevarle unos documentos que había olvidado en casa, Arda se encontraba en la Universidad y mi madre en la Clínica, así que solo quedaba yo. Pasé por recepción preguntando si el taxi que me llevaría de regreso a casa había llegado, una vez confirmado salí del lujoso edificio despidiéndome de la recepcionista con una sonrisa.

Me acomodé en el taxi y saqué mi teléfono aburrida poniéndome los audífonos y vi que me habían añadido a un grupo de WhatsApp:

— "Mañana hay concierto de música electrónica ¿Quien se apunta?"
Nicól.

— "Yo voy" ¡Es en las vegas, tenemos que ir!
Garret — era obvio que iría.

"Yo me apunto" Cindy igual.
Jake.

— "Yo paso de ir"

Me sorpredí al ver el mensaje de Zedd.
Pasaron dos días desde el encuentro con Allison y no hemos logrado obtener una conversación adecuada, al menos por mi parte. Cada que lo veía Allison se pegaba a él como una goma de mascar  y por más que él la apartara y le gritara ella simplemente se mantenía ahí.

Empezaba a darme pena.
"Solo un poco"

Después de todo, eran amigos, o más que amigos, no quería saberlo, aún cuando intentaba darme algún tipo de explicación y aclarar las cosas yo siempre le decía que no tenía porque hacerlo, que no era necesario. Al menos manteníamos esa conversación por el teléfono, solo con frases cortantes e indiferentes.

No puedo creer que de un momento a otro pasamos de tratar de conocernos a ser un par de chicos evitandose, por lo menos eso hacia mi lado cobarde e inmaduro.
Odiaba comportarme así, no quería que la situación se pusiera más incómoda y menos segura de lo que ya estaba.

Que dilema.

Es incómodo y molesto, más molesto que incómodo.

Llegué a casa después de media hora, un viaje largo.
Pagué lo debido y baje del taxi.
Entré a casa, dejé mis cosas sobre la mesa y me senté en el sofá, quité los audífonos dejandolos en altavoz y encendí la radio conectándola por el teléfono. Volví a entrar en el chat del grupo y cuando iba a contestar alguien posó una mano en mi hombro asustándome, Arda empezó a reir y lo fulminé con la mirada, se limpió un lagrima falsa y se sentó a mi lado.

Nisiquiera había escuchado cuando llegó.

— Idiota — le saqué la lengua como una niña pequeña y me crucé de brazos.

— Que valiente que eres — bromeó.

— Estaba concentrada — me encogí de hombros dándole un abrazo.

Tu mi "y"  Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora