Lo único que sentía era la brisa del viento acompañado de una leve corriente de frío. Los pasos eran aún más frecuentes así como la ansiedad que sentía, no sabía en dónde me encontraba ni en que preciso momento me quedé dormida hasta llegar a este punto; solo se escuchaban las pisadas cercanas hacia donde estaba de pie, inconscientemente levanté mis manos tratando de tocar o persivir algo, los pasos se detuvieron preocupándome un poco por la situación. No había nadie.
Traté de mirar a todos lados aún sin poder hacerlo, entonces decidí quitarme la venda que cubría mis ojos pero antes de lograrlo fui rodeada por unos brazos ocasionando que grite por el susto:
— Te dije que no lo hicieras — era Zedd — Sabes que odio hacer este tipo de cosas.
Sonrío — : ¿Entonces?
— Entonces, tu adorado y perfecto novio lo hizo solo por ti.
Rio al sentir como me toma en brazos y me levanta hasta llegar a la entrada, escucho abrirse la perilla de la puerta y seguido a eso siento los labios de Zedd en mi cabeza.
— Ahora sí — dice a la vez que me deja sobre el piso, poco a poco me quita la venda que estaba sujeta con una evilla como si un experto en primeros auxilios lo hubiera hecho.
— Feliz cumpleaños amor — mis ojos se habren al ver la habitación.
Dos puertas de vidrio daban acceso hacia el exterior con vista hacia el mar, la cama se encontraba cubierta con pétalos de rosas rojas y a un lado de ella una mesa redonda con un mantel rojo.
— Zedd...
— Si lo preguntas, no hay velas — ríe — Traté de ser lo menos romántico posible, se que no eres melosa.
Volteo a verlo y moldeo mis manos en su cuello — : Gracias, enserio te agradezco esto.
Sus dedos tibios acarician mi mejilla antes de que se incline a besarme, envuelvo mis brazos alrededor de su cuello absorbiendo la calidez de su caricia húmeda.
— Cath, te amo — susurra contra mi boca — Y te quiero solo para mí.
Un beso cálido y húmedo es depositado en mi hombro, inhalo profundamente llenando mis pulmones con el perfume que emana de su piel. Sus manos buscan los míos una vez más y está vez sus dedos deslizan el tirante del vestido que llevaba a un lado, descubriendo la piel de mi hombro por completo, empieza a besar la profundidad de mi cuello bajando a mi clavícula, sus manos acarician mi cintura y de un momento a otro me quita el vestido seguido de la camisa que él llevaba.
Me besa repetidas veces hasta que sujeta mis piernas enredandolas en su cintura levantándome del piso poniéndome sobre la cama, se pone entre mis piernas empezando a dejar suaves besos en mi cuello y mordiendo parte de ella con suavidad, comienza a bajar lentamente poco a poco por mi abdomen y mi ombligo hasta llegar al comienzo de dónde inicia el bordado de la braga que tenía, juega con ella de manera tortuosa mordiendo la piel sobre la tela, alertando todos mis sentidos. Sus labios pasan sobre el centro causando que suelte pequeños jemidos a la vez que muevo mis caderas buscando que termine con lo que tenga planeado.
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Tu mi "y" Wattys2019
Teen FictionNormalicemos ser el número uno. Ser egoísta es normal, ser arrogante y selectivo es normal. Él era el número uno, creía ser, de hecho estaba seguro. ¿Que podía faltarle? absolutamente nada. Así fue hasta una peculiar noche. Encontró a alguien que...