Normalicemos ser el número uno.
Ser egoísta es normal, ser arrogante y selectivo es normal.
Él era el número uno, creía ser, de hecho estaba seguro. ¿Que podía faltarle? absolutamente nada.
Así fue hasta una peculiar noche.
Encontró a alguien que...
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Golpeo el saco con fuerza una última vez antes de detenerme.
Me quito los guantes y los arrojo sin importancia al piso, camino hacia la mesa que se encontraba a un lado junto a la pared y tomo la botella de agua hasta dejarla vacía. Ignoro a Jake que desde horas atrás se encontraba viendo cada paso que daba sin decir ninguna palabra, se acerca hasta quedar frente a mi mientras yo solo me dedico a abrir la botella con intenciones de beberla, cosa que no sucede gracias a qué fue arrebatada de mi mano.
— ¿Y? — habla — Me dirás qué es lo que te sucede.
Cierro los ojos con fuerza y espero a que se vaya al ver que no respondería pero él no lo hace, se queda parado en su mismo lugar con la misma expresión.
No tengo ganas de hablar ni de contar nada, por más que lo desee no será así.
— Has estado así desde la mañana y dirás qué nada sucede — insiste.
Estoy dispuesto a voltear y entrar a los vestidores pero sus palabras me detienen, y como si de algún golpe se trataran mi cuerpo no responde de la manera que hubiera querido.
— Ví las manos de, Cath — repite — ¿Qué sucedió, Zedd?
Giro ante sus palabras con la expresión más tranquila que logro formar dispuesto a preguntarle cómo es que lo sabe. Porque aunque lo niegue será inútil, además de que no debería importarle a él.
— A que te refieres.
— ¿Qué sucedió? — vuelve a preguntar — Tu se las hiciste.
Aclara las cosas aunque se que su intención era preguntar.
— ¿Tuvieron algún problema? — sigo sin responder — Somos amigos, Zedd, de hecho somos como los hermanos que hubiéramos querido tener, puedes hablar conmigo, eso lo sabes.
Bajo la cabeza unos segundos antes de mirarlo. En realidad no quiero recordarlo pero se que el no se quedará tranquilo hasta que lo diga.
— ¿Cómo lo sabes? — respondi finalmente.
— Ella no lo sabe pero la ví cuando se ponía la chaqueta hace tres días, es fácil darse cuenta de que esas marcas fueron ocasionadas por alguien — deja la botella sobre la mesa y continúa — Esperaba a que me lo dijeras en estos días y seguro no ibas a hacerlo.
— No es tu problema — emití
Suspira y niega con la cabeza — : Si lo es — corrige — Cath, me importa es obvio que me preocupe por ella, al igual que lo hago por ti.
No puedo evitar sentirme molesto al oír sus últimas palabras, porque debería preocuparse por ella.
Sin querer recuerdo el día que ví a Cath por primera vez, ella y Jake hablaban en el instituto. Ambos sonreían. Quizás esté imaginando o suponiendo las cosas; pero de solo pensar que Jake pudo estar interesado en ella mucho antes me irrita, me molesta que alguien más se preocupe por ella, solo yo puedo hacerlo.
