Intento parecer lo menos nerviosa que puedo mientras introduzco la llave en el cerrojo de la puerta.
Esto no es una cita.
Esto no es una cita.
Esta no es una cita — Me repito a mi misma mientras me acerco a Zedd.
Aunque decirlo no cambia nada con lo sucedido la noche anterior.Está esperándome frente a mi casa apoyado en el capo de su coche mirando hacia abajo. Terminé aceptando con la intención de que sea un sábado después de clases y no ese mismo día, y como el dijo sería el día siguiente.
Una tarde de un sábado en una cita.
No es una cita.... Aunque salir con alguien un día cualquiera lo convierte en una ¿Verdad? Quisiera no cuestionarme mucho sobre estas cosas pero me es inevitable.
Me sobo las mejillas tratando de ocultar mi rubor que ahora aparece de manera más frecuente gracias a él. Empiezo realmente a detestar esto.
— Hola, gatita — me sonríe y siento mis mejillas calentarse más.
Mi mirada lo recorre disimuladamente, trae lo mismo que la primera vez y me refiero a la forma de vestir, una camiseta larga que le queda hasta las muñecas, pero que se las ha doblado hasta los codos, noto que trae un reloj de muñeca izquierdo mientras que en la derecha algunas pulseras de tela y que sólo con ese detalle lo hacen lucir bien, tiene vaqueros oscuros y zapatos del mismo color, el solo...
Se ve bien... Como para una cita.
— Podemos ir a comer primero ¿Tienes hambre?— pregunta haciendome parpadear.
Niego con la cabeza y me acerco unos pasos a el, y por azares del destino mi estómago suena.
— Creo que eso suena a que tienes hambre.
Guardo silencio regañandome a mi misma por no haber comido algo en todo el día y decido seguirlo al restaurante.
Una ves ahí tomamos lugar en una de las mesas y nos entregan las cartas para revisarlas.— ¿Qué vas a pedir? — me pregunta con curiosidad.
Vuelvo a mirar la carta.
Voy a pedir algo que no sea típico en una cita, eso será lo indicado, aunque es algo que siempre me ha gustado.— Un jugo y una ensalada de brócoli — respondo ganándome su mirada de incredulidad.
Está bien, una chica jamás pediría un jugo y una ensalada al mismo tiempo en una cita, al menos es lo que he notado en algunas chicas de mi antiguo instituto y en las innumerables anécdotas de citas que me contaban mis amigas.
— ¿Jugó y ensalada? — se ríe — Interesante combinación gatita.
Una vez que terminamos visitamos algunas tiendas y por momentos comienzo a reirme con el.
ESTÁS LEYENDO
Tu mi "y" Wattys2019
Teen FictionNormalicemos ser el número uno. Ser egoísta es normal, ser arrogante y selectivo es normal. Él era el número uno, creía ser, de hecho estaba seguro. ¿Que podía faltarle? absolutamente nada. Así fue hasta una peculiar noche. Encontró a alguien que...