Rosé esperaba a su padre sentada en el estudio del sacerdote sobre la camilla de examinación junto a Jisoo y Joy, esta última cargando al bebé mientras lo acariciaba con cariño.
—¿Lo ven? Todo salió de maravilla— dijo Rosé soltando una risa.
—Ahora solo tenemos que hacer que funcione todo bien— comento Jisoo.
—La verdad es que aún estoy algo nerviosa con la situación pero fue una buena idea después de todo— dijo Joy soltando un quejido. —Me estoy sintiendo un poco mal
—Si quieres ve a mi habitación y te quedas allí, si alguien pregunta solo di que estas ordenando las cosas del bebé— sugirió Rosé. —Deja al bebé con Jisoo y luego vamos a verte— Joy asintió levantándose de apoco para pasarle el pequeño a Jisoo.
—Muchas gracias por todo Rosé, pero no sé cuál es tu habitación— comento soltando una risa.
—Es la segunda después de la de Jennie— explico la chica. —Puedes preguntarle a los guardias, te dejarán entrar sin problema y no te preocupes por nada, luego de estar aquí iremos para allá.
—Está bien, gracias de nuevo— dijo la chica sujetando su cabeza para caminar con dificultad fuera de la habitación.
—Joy aún sigue muy débil— comento Jisoo luego de que la chica se había ido, Rosé asintió soltando un suspiro con preocupación, haber tenido que sacar a Joy de inmediato luego de dar a luz debe haber sido un esfuerzo sobre humano para la chica.
En ese momento entraron los padre de Rosé agitados, la noticia de que su nieto había nacido los tomo completamente desprevenidos y al ver al bebé en los brazos de Jisoo no se tardaron en tomarlo para conocerlo de cerca. Rosé solo los miraba desde su posición, la ilusión y el cariño en los ojos de sus padres le provoco un sentimiento de culpa al no poder decir la verdad.
—El bebé se ve muy bien— comento el sacerdote mirando a su hija, Rosé le dio una sonrisa ladeada sin saber qué hacer. —¿Qué tal estas tu hija mía?
—Um...bien, solo un poco adolorida— dijo colocando una mano en su vientre para sumar credibilidad.
—Debiste venir al palacio en el momento en que te sentiste mal— la regaño su madre. —Los partos sin supervisión pueden ser muy peligrosos.
—Tu madre tiene razón, aquí podría haber supervisado todo para que estuvieras cómoda y estable— continuo el sacerdote. Rosé se encogió de hombros sin dar mayores explicaciones. —Te preparare una infusión para el dolor— dio entregando el bebé a la madre de Rosé para dirigirse a una de las mesas.
—¿Y cuál es el nombre del bebé? — pregunto la mujer.
—Aún no tiene nombre— respondió la futura reina.
—Es increíble que mi nieto vaya a ser el rey de Egipto algún día— comento el sacerdote soltando una risa.
—Si...— comento Rosé con incomodidad dándole una mirada a Jisoo.
—Sacerdote— hablo Jisoo tratando de romper la incomodidad de Rosé. —¿Podría llevar la infusión a la habitación de Rosé? Lo que pasa es que me dijo que quiere descansar allí al menos hasta que llegue la modista del bajo Egipto.
—Por supuesto Jisoo, solo revisare al bebé y pueden ir— respondió el hombre, la madre de Rosé se acercó a su hija para pasar su mano por la despeinada peluca negra.
—Diste a luz a un bebé muy hermoso hija— le dijo con una sonrisa, Rosé solo soltó un suspiro tratando de formular una sonrisa, se sentía muy presionada, todo era más sencillo cuando solo tenía que usar una barriga falsa.
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The Nile River; CHAENNIE
FanfictionAnte los ojos de Jennie, Rosé es la reencarnación perfecta de la diosa Hathor.