16. Amistad peligrosa

1.8K 254 137
                                    


—¡Somin! —exclamó Jennie llamando la atención de la chica que estaba sentada en una banca del jardín mirando la noche estrellada. Los últimos días entre Jennie y Rosé la interacción ha sido mínima, desde ese día que prácticamente no se hablan. Jennie dejo de ir a dormir a su habitación, no jugaban Senet ni nada, pero lo cierto era que ninguna de las dos tenía la valentía para volver a hablarse luego de lo que pasó. Por otro lado, Jennie ha "fortalecido" su amistad con Somin mediante charlas que han acostumbrado a tener en los atardeceres. La chica miro a la princesa con una sonrisa invitándola a sentarse con ella. —¿Estás desafiando a los dioses? —preguntó vacilante refiriéndose a la creencia de no salir de noche, Somin soltó una risa pues ella estaba acostumbrada a salir en la oscuridad.

—Solo quise venir a ver las estrellas— dijo alzando su cabeza para ver el cielo. Jennie de todas formas le dio un amuleto de oro.

—Puedes quedártelo, el palacio está lleno de ellos. — Somin miró su nuevo regalo, era un ojo de Horus. La princesa se unió a Somin para mirar las estrellas, el cielo estaba repleto de ellas tanto que hizo pensar a Jennie en cómo era posible que la noche fuera del mundo de los muertos si era algo tan maravilloso.

Somin a ratos daba cortar miradas a la princesa, y lo cierto era que en realidad Jennie es su primera amiga real que tiene, sabe que no puede contar con sus hermanas y mucho menos con sus padres. Si bien, sabe que no puede ser al cien por cierto honesta con Jennie pues su pasado la condena, realmente siente que es una amistad sana y espera no arruinarlo.

—Ahora que lo pienso bien. —Dijo Jennie. —Nunca te he visto sin la peluca. —soltó dándole una sonrisa pícara a Somin, la chica se sonrojo de la nada. —Hagamos algo, quitémonos las pelucas al mismo tiempo. —tomó la coronilla de su peluca dispuesta a sacarla.

—Claro que no princesa, me da vergüenza. — alego la chica, Jennie siguió insistiendo hasta que la chica cedió. Y cuando contó hasta tres ambas chicas lanzaron sus pelucas soltando sus cabelleras hasta sus hombros, el cabello de Somin era rubio como el de Rosé pero un poco más oscuro, Jennie quedó sin habla al parecer toda esa familia era hermosa. Somin se sintió hostigada por la mirada de la princesa sobre su cabello.

—¡Princesa! —exclamó una voz ajena a la conversación, Wendy llegó corriendo hasta ellas. —¿¡Que hace afuera de noche y sin la protección de los dioses!? —Jennie abrió sus ojos con impacto al escuchar lo agitada que sonaba su dama. —Por favor vaya a su habitación para que no le pase nada. —dijo más tranquila, Jennie estaba anonadada por la actitud de la chica, se levantó de la banca y se despidió de Somin para irse del jardín mirando a Wendy con el ceño fruncido.

Cuando la princesa estuvo lo suficientemente lejos Wendy habló contra su hermana.

—No se te ocurra hacerle algo a la princesa. —le advirtió, Somin rodó sus ojos. —Nunca te acercas a una persona sin querer algo a cambio.

—Pues lo creas o no, la princesa es mi amiga. —dijo cruzando sus brazos, Wendy soltó una carcajada.

—¿Amiga? ¿Crees que la princesa va a querer ser amiga de alguien como tú? —preguntó cínicamente, Somin tragó duro. —No tienes amigos, porque todos los que has tenido te abandonan cuando se dan cuenta la clase de persona que eres. —alego. —y cuando la princesa se dé cuenta te dejará también. —concluyo para irse dejando a Somin con un nudo en su garganta que contuvo durante toda la conversación.

Jennie caminaba por los pasillos del palacio camino a su habitación, al entrar al pasillo de su cuarto justamente pasó por afuera de la puerta de Rosé, llevaban días sin hablarse y eso hacía que la mayor se sintiera culpable por no hacer nada, se detuvo frente a las grandes puertas con su corazón dentro de la habitación y su cuerpo afuera, quería entrar y darle a Rosé el beso que no se atrevió a recibir, pero no tenía la valentía, soltó un suspiro y siguió caminando hasta llegar a su habitación. Lo que no sabía ciertamente era que Rosé venía a alguno pasos atrás de ella y vio la indecisión de la princesa al querer entrar a su cuarto.

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora