2. Un lugar demasiado ambicioso

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Jennie la seguía con la mirada sin saber qué hacer. Una vez que la chica llego al trono dio un reverencia hacia el faraón dándole una leve sonrisa, Chanyeol camino hacia el trono de igual forma quedando frente a Roseanne. Ambos se daban miradas de lastima, ninguno estaba realmente feliz. 

—Hijo mío, ella es Roseanne. Hija del sacerdote de Menfis. Sera la gran esposa real en tu reinado, su matrimonio formara una fuerte alianza entre los comercios Tebas y Menfis. —Explicaba el faraón. Chanyeol le dio una leve sonrisa nerviosa a Roseanne.

—Hola. —la saludo, Rosé le devolvió el saludo de igual manera. Se notaba la incomodidad y el nerviosismo en ambos. Rosé le daba cortas miradas de auxilio a Jennie quien no podría estar más intranquila viendo como su padre hablaba de los planes para la pareja.

—Roseanne y su familia se alojaran en el palacio. — continuo el rey. —se quedara en el harén con las demás chicas por mientras. —explico. —Ahora, mi reina. — dijo dándole la palabra a la mujer a su lado quien bajo del trono hasta estar frente a la chica.

—Tendrás tu dama de confianza— comenzó. — y Jennie te dará el recorrido por el palacio, así aprovechan de conocerse. —hablo en dirección a Rosé, Jennie simplemente asintió acercándose a un lado de la chica. —Iras a las clases en la casa de la vida con tu hermana, y tendrás pequeños momentos para salir con Chanyeol.

Rosé simplemente asentía nerviosa a lo que la reina le decía, Jennie trato de tranquilizarla entrelazando sus brazos acción a la que los padres de la mayor sonrieron ampliamente, pues Jennie jamás se comporta así con las personas nuevas en el palacio, le costó casi un año aceptar al marido de su hermana como cuñado.

Luego de ese encuentro en la sala del trono a Jennie le tocaba hacer el recorrido para Rosé. Por lo que inmediatamente luego de salir se dirigieron al patio del palacio, un lugar amplio y fresco, estaba rodeado de guardias en todas sus esquinas pero aun así podía llegar a ser un lugar íntimo, a los guardias realmente no les importaba lo que hacían los nobles allí.

—No te sentí en la mañana. — Dijo Jennie sentándose en una banca, Rosé la siguió sentándose a su lado.

—Un par de chicas vinieron por mí, trate de avisarte pero nunca despertaste. — soltó una risa contagiándosela a Jennie.

En ese momento Joy entro al jardín en busca de Jennie pero se detuvo al verla muy cómoda hablando con la futura reina. Por lo que se quedó a unos metros de distancia atrás de unas plantas.

Jennie y Rosé seguían conversando de cosas tribales como si se conocieran de toda la vida, esa extraña comodidad que sentía Rosé al estar con Jennie le daba a entender que pese a todo lo que estaba pasando en su vida, Jennie había sido un regalo mandado por los dioses quienes la pusieron en su camino para poder soportar todo lo que se venía.

—¿Es muy raro tener una dama de confianza? — le pregunto la menor a Jennie.

—Claro que no, tu dama es una persona en la que puedes confiar plenamente sin temer a que te traicione. Puedes contarle tus secretos, hacerle pedidos. Cuando asignaron a Joy como mi dama de confianza, supe que sería mi mejor amiga por toda esta vida, literalmente. Creo que ella es la mejor dama de confianza que pudieron haberme dado, es muy buena, considerada y siempre se preocupa por mí. — respondió Jennie con orgullo, Joy quien seguía en las plantas solo miraba toda la acción con una enorme sonrisa.

—Al parecer Joy es muy importante para ti. — le dijo Rosé con un tono amargo. Jennie gacho su cabeza con las mejillas levemente sonrojadas.

—A si es, Joy siempre ha estado para mi incluso en los momentos más oscuros de mi vida. — hablo con nostalgia. — Los dioses saben cuánto la necesito en mi vida y es tan importante para mí como yo para ella.

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora