13. Sentimientos

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Jennie estaba practicando sus tiros con su arco cuando sintió como unos brazos menudos rodeaban su cintura por detrás, no necesitaba que los dioses le dijeran de quien se trataba pues reconocería ese dulce olor en cualquier parte de Egipto. Pero por otro lado comenzó a sentir como su corazón bombeaba con fuerza y el nervio se apoderaba de ella, después de pasar toda la noche pensando en lo que su hermano le había dicho llego a la conclusión de que efectivamente podía estar comenzando a tener sentimientos por Rosé, pero no podía confirmarlo al cien por cierto debido a que su corazón aún tenía dueña, aun no podía sacar a Irene allí y es incluso estúpido pensar que sigue enamorada de alguien que ya está en el mundo de los muertos. Pero otro lado se sentía tan a gusto con Rosé, era una extraña confusión de la que no podía salir, lo quiera o no Irene aún sigue en ella y sería muy injusto y egoísta estar con alguien cuando aún no se puede olvidar de la otra persona.

—Ya no la soporto. —hablo la menor contra la espalda de Jennie quien se quedó estática de los nervios. —Lleva menos de un día aquí y siento que algo va a salir mal. —Jennie se volteo para encontrarse con los lindos ojos avellana maquillados con kohl que la miraban con profundidad.

—¿De qué hablas? — desvió la mirada rápidamente tratando de zafarse del agarre de la menor. Rosé al notarlo se aferró aún más a la princesa.

—De Somin, la acabo de dejar con la reina y tengo miedo de que se atreva a hacer algo indebido. — dijo enterrándose esta vez en el pecho de la mayor. —Por cierto, te extrañe mucho. — Jennie no sabía cómo reaccionar, ahora esas palabras la golpeaban diferente. Al notar que la mayor no estaba respondiendo, es más, parecía estar casi ignorándola Rosé se apartó un poco para mirarla. —¿Estas bie...

—¿Rosé? —una voz la interrumpió, se volteo para ver a Wendy quien parecía venir de recoger las flechas que Jennie había estado tirando hacia el blanco en una pared del palacio. Jennie tomando la oportunidad se apartó rápidamente de la menor provocando que le diera una mirada algo dolida. —¿Paso algo, estas bien?

—Si, solo es Somin. —dijo con desagrado, Wendy rodó sus ojos sabiendo de lo que estaba hablando.

—¿Ya hizo algo?

—Aún no, y espero no lo haga porque ahora está hablando con la reina. — dijo, Wendy abrió sus ojos con temor. Jennie al ver la comodidad de las hermanas hablando tomo la oportunidad para excusarse e irse, Rosé le pidió que se quedara pero la princesa se negó argumentando que tenía que ir al templo a hacer ofrendas.

Habían pasado alrededor de una hora cuando Jennie volvió al patio donde practicaba para continuar tirando flechas al azar. Su concentración estaba en el punto justo, estaba sola con el sonido de los pájaros acompañándola, puso la mira en el blanco cuando sintió una presencia a su lado que la hizo exaltarse.

—¡Sunmi! —exclamo hacia su hermana. —¡Casi me matas! ¿¡Por qué apareces así de la nada!?

—Solo caminaba por aquí y quise venir a hablarte. — contesto tomando asiento en una de las bancas. Jennie la miro unos segundos antes de unirse. Estuvieron así unos minutos sin hablar, Sunmi pasaba su mano derecha por su peluca revisando las diademas.

—Y...— comenzó Jennie. —¿De que querías hablar?

—Te vi hace un rato con Rosé. — dijo tranquilamente, Jennie sintió que su corazón se iba a salir pese a que no era algo muy importante. —Y te vi cuando la llevaste a la habitación a ver la puesta de sol. — continuo. —Nunca llevaste a nadie allí, ni siquiera a Irene, de verdad me sorprendí. —Jennie comenzaba a entender el rumbo de la conversación. —Y eso de que duermes con ella...

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora