Las aguas turquesas del Nilo envolvían el cuerpo de la morena, Jennie abrió los ojos, se encontraba hundida en el Nilo. No se podía el peso de su cuerpo parecía que las aguas se la estaban tragando y no podía hacer nada para librarse, trataba de nadar hacia la cima pero sus brazos no respondían. Sentía como su cuerpo se llenaba de agua, su cerebro se sentía pesado y errado, se estaba perdiendo.
Cada vez que miraba hacia la cima que tanto aspiraba veía los rayos de sol atravesando las aguas, comenzó a desesperarse, era como estar en una especie de parálisis del sueño. La morena veía como el sol parecía ser cada vez más lejano y las aguas turquesas se volvieron negras de un momento a otro mientras se perdía en el fondo del Nilo. Un silencio horroso era lo único que percibía, su cuerpo se dejaba llevar por la corriente tranquila del rio. Cerró los ojos, solo le quedaba esperar por la venida de Anubis para que la llevara al mundo de los muertos. Trataba de poner su mente en blanco pero no podía, estaba desesperada por no poder hacer nada.
—Jennie... —hablo una voz tranquila de ultratumba, la morena abrió sus ojos lentamente, conocía muy bien esa voz. —Jen...Soy yo...Irene
La figura de la chica se acercó hasta quedar frente a Jennie, la morena seguía sin tener el control de su cuerpo, solo la miraba débilmente con lo poco y nada que le quedaba de conciencia.
—Sabía que vendrías en algún momento...—decía la chica con una sonrisa. —Te demoraste mucho...— dijo soltando una risa. Jennie estaba emocionada por lo que veía, era Irene, su Irene. Pero aunque estuviera realmente feliz no se sentía cómoda, escucharla decir que ya estaban juntas la incomodaba. ¿Estaba muerta? ¿Es por eso que ya no siente ser ella misma? ¿Qué paso con los demás? ¿Qué paso con Rosé?
Al recordar el nombre de la rubia volvió a desesperarse, quería salir del rio. Irene vio la desesperación de la chica y la tomo de sus hombros enfrentándola.
—Aun no puedes estar aquí...— dijo. —Aun no es tu hora...
Jennie comenzó a sentir como su cuerpo comenzaba a vaciarse mientras escuchaba la voz de Irene más clara. Comenzó a sentir el control de su cuerpo nuevamente.
—No puedes dejar que le pase lo mismo que a mí...— decía Irene.
—¿A quién?... — pregunto la morena con una voz débil.
En ese momento como si fuera una señal la figura de Irene se desvaneció en el fondo del Nilo. Sintió un ruido que le lleno los oídos, un ruido estruendoso y molesto, miro hacia arriba y vio como un cuerpo bajaba lentamente hasta toparse con el fondo del rio, Jennie avanzo rápidamente hasta el cuerpo, reconocería esos cabellos rubios donde fuera. La tomo entre sus brazos, era Rosé, el cuerpo inerte de Rosé. Comenzó a desesperarse nuevamente, nado hacia la cima del rio, el sol se hacía más visible y más claro.
—¡Jennie! — escuchaba la melodiosa voz de Rosé distorsionada que se iba aclarando mientras se acercaba más a la cima. —¡Jennie despierta!
La morena salto en su cama para ver a Rosé con un rostro preocupado, Jennie sintió su cuerpo mojado, estaba sudada. Su respiración era inestable aún. Estaba en su cama con la rubia a su lado esperando su respuesta.
—¿Estas bien? — la dulce voz de la menor hizo que Jennie se recuperara rápidamente del extraño sueño.
—Si...—respondió pasando su mano por su rostro mojado.
—Estabas muy intranquila, ¿Segura que estas bien? ¿No quieres que le pida a mi padre que venga? Puede que estés enferma. — decía la menor con desesperación mientras tomaba un trapo para secar el rostro de Jennie. La mayor al sentir la delicadeza con la que Rosé se ocupaba de ella se tensó cosa que la rubia noto por lo que se alejo rápidamente.
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The Nile River; CHAENNIE
FanfictionAnte los ojos de Jennie, Rosé es la reencarnación perfecta de la diosa Hathor.