Las charlas de los sacerdotes son demasiado aburridas para Chanyeol y Rosé, ambos han tenido que soportar tres horas en un tedioso ritual que les abriría el paso a ambos para ser los nuevos monarcas. Pero lo único que estaba en la mente de ambos eran las responsabilidades que asumirían a partir de ese momento, el momento en que sintieran el peso de la corona sobre sus cabezas.
Rosé no podía hacer más que pensar en el escape con Jennie, el plan que tenían en mente era altamente riesgoso, cualquier paso en falso y todo se arruinaba. Rosé le dijo a Jisoo que empacara todas sus cosas y la mayor cantidad de joyas posibles, todo esto mientras ella estaba en ese ritual. Por otro lado, Jennie se estaba encargando de la comida y suministros necesarios para el largo viaje al que se enfrentarían con la ayuda de Jihyo, quien ya sabía todo.
—¿Jennie ya te dijo sobre la canoa? — susurro Chanyeol a Rosé tratando de no llamar la atención de los sacerdotes que rezaban hacia los dioses con los ojos cerrados.
—Si— respondió la chica mirando a su padre con el temor de ser vista. Chanyeol había propuesto una canoa para ambas, no era grande y no llamaría tanto la atención, además sería un tramo no muy extenso, por lo que era la mejor opción que tenían.
—Genial, ya le dije a Lisa que la tenga lista antes de la coronación para que durante la ceremonia esté todo en orden— explico. —También mande a redactar el acuerdo de divorcio, en cuanto esté listo lo firmaré para que luego te lo hagan llegar— Rosé asintió. —Al salir de aquí iré a hablar con Jennie para que...
—Príncipe Chanyeol—alzo la voz uno de los sacerdotes, el chico alzo la mirada hacia él. —Tiene que traer la ofrenda hacia el dios Horus— explicó, Chanyeol asintió levantándose del piso en donde estaba arrodillado.
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Jennie permanecía nerviosa, estaba en la cocina real preparando una canasta llena de comida, la más necesaria y la que más tiempo podía durar en un ambiente como el desierto. Mucha agua, frutas y pan eran lo que más abundaba en la cesta. Pidió que todos los sirvientes salieran de allí para poder juntar las cosas sin preocuparse de que algún sirviente o incluso la madre de Rosé sospecharan o preguntaran, tenían que ser muy cautelosas con todo el tema del escape, si alguien de la familia de Rosé, o peor aún, la reina se enterará arruinaría todo.
La reina en particular era el mayor riesgo, si la mujer lo supiera no soportaría un escándalo de tal calaña, uno que afecta directamente a la realeza y a su hijo. Hay veces en la que Jennie lamenta toda la situación de su madre, tener el apoyo de ella era algo fundamental en el momento en que su padre se enteró de todo, pero también comprende su situación, sabe muy bien que por más que lo quiera su madre jamás se atrevió a enfrentar a su padre, siempre actuó sumisa ante sus órdenes incluso si esas afectaban a sus hijos.
—¿Jennie? — pregunto una voz susurrando, la princesa miro hacia dónde provenía. —¿Qué haces aquí tan tarde?
—Sunmi— respondió la menor soltando un suspiro. Aún no le contaba a su hermana sobre su escape. —Junto algo de comida para mañana.
—¿Mañana? — pregunto la mayor acercándose a la princesa para revisar la cesta. —Es mucha comida para un solo día ¿no crees? — comento riendo. Jennie soltó una risa por lo bajo. —¿No es solo para mañana o sí?
—No— dijo la menor exhalando. —Finalmente lo voy a hacer Sun— Soltó mirando a su hermana a los ojos, la mayor frunció el ceño divertida. —Me iré de aquí— la princesa Sunmi alzo sus cejas con sorpresa.
—¿C-como que te irás? — pregunto con dificultad. Jennie tomo las manos de Sunmi entre las suyas mirándola de par en par con emoción.
—Lo que oyes, me iré con Rosé— dijo, Sunmi abrió su boca soltando un suspiro. —Mañana después de la coronación me iré de aquí con mi novia y nos iremos lo más lejos posible de Egipto— la mayor miro a su hermana con el ceño fruncido, parecía ser una total locura lo que oía pero muy en su dentror sabía que era lo mejor que podía hacer.
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The Nile River; CHAENNIE
FanfictionAnte los ojos de Jennie, Rosé es la reencarnación perfecta de la diosa Hathor.