28. De vuelta a la realidad

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—¡Bienvenidas a casa queridas! — exclamo la reina recibiéndolas en la sala del trono.

Habían llegado al palacio esa mañana después de un viaje tedioso en barca, la reina las cito inmediatamente a la sala del trono sin siquiera dejarlas respirar un segundo.

—Si como sea...— murmuro Jennie. La reina soltó un suspiro al ver el rostro deprimido de las tres.

—¿Acaso no están felices de haber vuelto?

—La verdad es que no— respondió Jennie quien sujetaba fuertemente la mano de Rosé.

La reina permanecía sentada en el trono junto con sus damas de confianza a sus lados. Somin tenía sus ojos clavados en las manos entrelazadas de Jennie y Rosé a lo que la futura reina quiso soltarla pero Jennie lo impidió. La mujer en el trono soltó un suspiro.

—Vayan a sus habitaciones a prepararse para sus horarios— dijo volviendo a su tono irritable de siempre.

—¿No podemos descansar aunque sea un día? — cuestiono Sunmi. —Fue un viaje muy largo y...

—¡Les dije que vayan a prepararse! —les grito, las tres chicas quedaron estupefactas. —¡Háganlo rápido! — agrego. —Después de eso necesito hablar con Jennie— la princesa frunció el ceño.

—¿Por qué? —pregunto. La reina le dio una mirada furiosa para ordenarle que saliera.

Así fue como Jennie paso todo el día con ansiedad, no tenía muchas actividades para el día así que solo se dedicó a ordenar sus pertenencias con Wendy. Pero en realidad estaba muy nerviosa por lo que su madre podría decirle, la mujer estaba tan enfadada que parecía querer matar a la princesa. La espera no tardo mucho después de todo lo que llevaba cuando la reina entro a la habitación junto con Somin y otra dama.

—Wendy sal— ordeno la mujer, la chica asintió dejando la habitación.

—¿Qué quieres hablar conmigo? — pregunto Jennie con un tono desinteresado.

—Me entere de algo— dijo la mujer con un tono oscuro, Jennie se encogió de hombros sin entender. —Somin por favor sal— ordeno nuevamente, la chica asintió dándole una ligera sonrisa a Jennie. En ese momento la princesa pensó que todo estaba arruinado pero no era posible, ¿Acaso Somin rompió su trato? No, no podía ser eso, si ese fuera el caso Rosé y Sunmi también hubieran sido llamadas.

—¿De qué te enteraste? — pregunto Jennie sintiendo como su estómago se subía a su garganta. Su madre la miraba con tanta detención que le parecía espeluznante.

—Supe que Rosé y tu han estado durmiendo juntas hace meses— soltó la mujer, Jennie trago duro desviando la mirada. —¿Qué es lo pretendes?

—¿Acaso no puedo ser amiga de mi futura cuña...

—Sabes a lo que me refiero— la corto la mujer acercándose a la chica. —¿Por qué la prometida de tu hermano duerme contigo? — Jennie se atrevió a mirar directamente a los ojos a su madre para desafiarla.

—¿Quién te lo digo?

—Eso no importa— perpetro la mujer.

—¡No, es que si importa! ¡Alguien se está entrometiendo es mis asuntos privados...!

—¡Tus asuntos dejan de ser privados frente a mí y a tu padre! — le grito la mujer, Jennie rodo sus ojos alejándose, su madre como siempre estaba mezclando el ser madre con el ser reina. —¡Te ordeno que me digas que es lo que está pasando entre ustedes dos!

—¿¡Fue Somin no!? — pregunto la morena acordándose de la sonrisa burlona que le había dado la chica anteriormente, la mujer asintió.

—Es su deber como dama decirme lo que está ocurriendo en el palacio— explico.

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora