The Nile River; CHAENNIE

23. El cumpleaños de la princesa

El día favorito de Jennie es sin duda su cumpleaños, no solo porque puede decir y utilizar prácticamente todo lo que se le ocurra por veinticuatro horas, sino también porque todos le sirven exclusivamente a ella, fue una regla establecida por el rey cuando sus hijos eran pequeños y pese a todo lo que ha ocurrido a lo largo del tiempo, esta regla se ha conservado. La princesa como de costumbre espero a su dama en su habitación para que la ayudara a prepararse para el día, Wendy apareció con una enorme sonrisa felicitando a Jennie por su cumpleaños de una manera muy formal, tanto que la princesa le exigió que le diera un abrazo como un saludo normal.

En su camino a la sala del trono –que es donde se celebran los cumpleaños- para desayunar fue saludada por todas las personas que la veían, chicas del harén, soldados, sirvientes. Al entrar a la gran sala se encontró con un inmenso comedor acomodado al frente del trono vacío, Sunmi, su madre y Rosé ya estaban allí esperándola para comer, todo allí parecía ser un enorme banquete solo para ella, estaban todas las comidas y bebidas favoritas de la princesa. Caminó hasta el trono, tomo una honda y sarcástica respiración antes de sentarse en el tan poderoso trono de Egipto, el asiento más cómodo de todo el palacio y reino.

—Podría dormir aquí con mucho gusto— comento Jennie haciendo reír a las demás, pero la única risa que sus oídos quisieron escuchar con atención fue la de Rosé, la chica estaba sentada a su lado derecho en la cabecera mirándola con cariño, en frente suyo tenía a su madre quien pese a intentar no ser tan irritante al menos ese día, Jennie sabía que en cuanto su padre volviera lo agradable se esfumaría, finalmente a su izquierda tenía a Sunmi quien la miraba como siempre con una sonrisa enorme.

—¿Cómo es posible que mi hermanita ya esté cumpliendo diecinueve? — pregunto Sunmi secándose lagrimas falsas.

—Los cocineros prepararon todo lo que te gusta hija— hablo la reina señalando a la enorme mesa.

—Muchas gracia pero, ¿Cómo voy a comer todo esto solo en el desayuno? — pregunto.

—Yo te ayudo— hablo Rosé cosa que sorprendió a Jennie, la menor rara vez se atrevía a hablar en presencia de la reina o cuando estaban en situaciones familiares.

—¿Lo ves? — pregunto la reina. —Tu futura cuñada y tu sobrino estarán muy felices de ayudarte— dijo riendo. —Iré a buscar tus regalos— dijo levantándose de la mesa.

—Eso me gusto— dijo Jennie comiendo un trozo de pan. La reina soltó una risa antes de salir de la sala.

—¿Están listas para nuestra súper aventura por Aswan? — hablo Sunmi. Jennie y Rosé asintieron.

—Wendy ya está preparando mis cosas.

—Qué bueno, porque este viaje va a servir para salir un poco de aquí y alejarnos de mamá— dijo Sunmi soltando una risa. —Además, Rosé también podrá liberarse un poco de este lugar y de su embarazo— añadió dándole una sonrisa, Rosé se la devolvió débilmente Jennie bajo del trono y acerco su brazo hasta la menor para tomar su mano, sabía que estaba preocupada por Somin. —¿Qué paso?

—Somin se enteró lo del embarazo— dijo Jennie, Sunmi frunció el ceño.

—¿Quién es Somin? — pregunto.

—La dama de mamá— respondió Jennie, Sunmi frunció aún más su ceño.

—Tienes que ser más específica, tiene literalmente cinco damas.

—La nueva— aclaro la morena. —y la hermana de Rosé, se enteró de todo y ahora está pidiendo cosas a cambio de su silencio.

—Es por eso que no estoy segura de ir al viaje— hablo Rosé. —En esos días que estaremos fuera Somin puede decirle algo a la reina y si eso pasa...