29. Sekhmet

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Las chicas del harén regañaban sus dientes de rabia y envidia al ver la lujosa joya que adornaba el cuello de Somin. Tal como lo había predicho hace un tiempo, la chica ha estado utilizando sus beneficios con mucho gusto. Le encargo a Lisa una joya y la chica, que lo hizo de mala gana, logro entregarle un trabajo digno de la familia real y por lo mismo eso generaba los celos de las demás.

Todas las chicas la rodeaban haciéndole preguntas sobre el collar a lo que soltaba unas cortas palabras como respuesta, y es que la verdad le encantaba este ambiente, uno en el que ella sea el centro de atención. Wendy la miraba desde una esquina de la habitación negando con su cabeza, no quería ni pensar en que había hecho su hermana para recibir esa joya y por seguridad no quería averiguarlo.

—¿Cómo es que Lisa pudo hacer una joya para ti y a nosotras no? — pregunto una de las chicas, Somin soltó un largo suspiro.

—Es un regalo de la princesa Jennie, ya saben, seremos familia pronto y somos bastante cercanas la verdad— explico, el grupo de chicas dijeron "oh..." al unísono, Wendy soltó una ligera risa al escucharla para volver a tejer en el telar.

Ya era bastante tarde, debía ser más de media noche y las chicas del harén aún no se dormían a causa de Somin y su joya. Tanto que casi nadie noto la presencia de la princesa en la sala, Wendy se levantó rápidamente de su asiento para darle una corta reverencia a lo que Jennie le dio una sonrisa. Somin noto rápidamente a Jennie por lo que sus palabras elevaron su tono para hacerse notar.

—¿Qué está pasando allá? — pregunto Jennie apuntando al montón de chicas agrupadas. Wendy volvió a reír ajustando el telar.

—Somin y su nueva joya— Jennie rodo sus ojos riendo.

—Por cierto, ¿has visto a Rosé? La estoy buscando hace rato y no la encuentro— expreso la morena.

—Tenía una reunión con la reina, quizás aún no termina— contesto Wendy. —Además, Jisoo tampoco está aquí, supongo que aún no termina su horario.

—Si pero ya es muy tarde— dijo Jennie preocupada, no quería ser pesimista, pero después de que su madre hablara con ella temía que pudiera tratar de hacer algo con Rosé, sabía que la menor se volvía un capullo frente a la reina.

—¿Necesita que la ayude con algo? — pregunto Wendy, Jennie negó.

—Estoy bien, ve a dormir tranquila mañana nos vemos— se despidió examinando toda la habitación tratando de ver alguna señal de Rosé ahí dentro.

—Buenas noches princesa— respondió Wendy antes de dirigirse a su cama.

Jennie soltó un suspiro caminando fuera del harén, estaba a unos pocos pasos de la sala del trono, en donde probablemente estaba Rosé con su madre, no sabía que hacer ciertamente, estaba muy nerviosa al tener a la reina pisando sus talones. Pero su mente se despejo cuando las puertas de la sala en cuestión se abrieron un poco dejando salir a una cansada Rosé, estaba exhausta con sus horarios. Al ver a la princesa forzó una sonrisa en medio de su cansado rostro.

—Rosie— hablo la princesa caminando hacia ella para tomar su mano, la menor la tomo y la guio rápidamente por el pasillo hasta alejarse de los guardias que las observaban. —¿Cómo estuvo tu día? ¿Mi madre te pregunto algo? — dijo rápidamente a lo que Rosé negó.

—Solo nos dedicamos a hablar sobre las reglas del harén— soltó con una risa sarcástica. —Y mi día estuvo, agotador— concluyo llevando su mano libre a su cuello para masajearlo.

—Tenía pensado llevarte a ver el atardecer como antes— dijo la princesa. —Pero se hizo muy tarde y te veo tan cansada que no creo...

—Vamos al jardín— la interrumpió la menor. Jennie la miro unos segundos con duda. —No estoy tan cansada— dijo tratando de convencerla. —Si no vamos, no nos veremos hasta mañana— se quejó haciendo un puchero, Jennie soltó una ligera risa para comenzar a caminar en dirección al jardín.

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora