The Nile River; CHAENNIE

10. Abu Simbel

Somin es una conocida cantante y bailarina en Menfis, su trabajo es demostrar sus destrezas en el casino del pueblo por las noches, una chica bastante privilegiada, admirada y envidiada por sus habilidades. Pero esta no era la admiración que quería atraer, quería mucho más. Toda su familia odiaba su trabajo como "artista" nocturna pues eso ha atraído que las personas comenten más de la cuenta asumiendo que Somin es una Kat Tahut. Pero la chica es distinta, a su manera, las personas de su gusto no eran simples borrachos que apostaban sus últimos pesos en el casino sino más bien personas con los pesos suficientes para tratarla como una reina. Es por eso que al recibir la noticia que su hermana menor Roseanne sería la próxima gran esposa real su ambición cambio de rumbo y ahora no quería ser tratada como reina sino ser la reina. Consideraba la decisión del rey como un error, ella debía ser la reina de Egipto no su hermana.

Todos los días al atardecer Somin llegaba al casino dispuesta a tener otra noche deslumbrando a los presentes con su baile del vientre y su voz. Ese día no era la excepción, se colocó una de sus distinguidas pelucas con diademas de oro que la decoraban, un velo naranjo que cubría desde el puente de su nariz hasta su cuello dando una mínima visibilidad a sus labios, su traje de baile era un brasier naranjo con una larga falda del mismo color que llegaba hasta sus pantorrillas. El presentador anuncio su presencia en el escenario provocando la ovación del público, Somin subió a la tarima acompañada de cuatro chicas más, los músicos comenzaron a tocar los instrumentos los cuales acompaño con su voz mientras movía su cuerpo a la par de las otras chicas, una de las mujeres sentadas en frente del escenario no despegaba la mirada de la chica, Somin no desaprovecho la oportunidad obviamente, las personas de las primeras mesas eran las que más dinero tenían. Se notaba que era una mujer distinguida, tenía joyas de sobra en su peluca y brazaletes de oro con incrustaciones de turquesas. Durante toda su presentación mantuvo su mirada fija en la mujer.

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Taejoon es un joven ambicioso, desde que el rey lo escogió como general del ejército supo que sus aspiraciones a más podían llegar a concretarse, no tenía envidia pero si algo de recelo, la familia real era un grupo de personas con poder que convivían a la fuerza, daban una imagen al pueblo egipcio de ser un linaje perfecto, la familia modelo, siendo que claramente eran todo lo contrario, es por eso que siempre trata de mantener un perfil bajo en el palacio. Con el tiempo supo que tenía que reforzar su estabilidad en ese lugar, era el general, un puesto importante pero necesitaba más para asegurarse en el palacio, es por eso que mostro un interés en la princesa mayor; Sunmi, el rey al notarlo no dudo en emparejarlos y comprometerlos lo más rápido posible para asegurar que su hija tuviera herederos nobles, obviamente Sunmi se negó en todo momento pero no le quedo más que asumir lo que su padre había decidido. Con su lugar asegurado, Taejoon cada vez ascendía en su cometido y estaba dispuesto a hacer lo que sea para poder llegar a tener el control de todo.

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—El rey quedo maravillado con las joyas que el hermano de Lisa le mostró. —comentaba Jisoo a Rosé, Jennie y Wendy mientras se encaminaban a la casa de la vida. —Bambam llegara dentro de estos días al palacio.

—Te ves feliz. — respondió Jennie soltando una risa.

—Sí, muchas gracias por convencer al rey de esto princesa. — agradeció.

—Ahora Lisa podrá tener más horas de descanso. — dijo guiñándole un ojo provocando que Jisoo se sonrojara.

Los últimos días habían sido mucho más relajados para todos en el palacio, con la boda cancelada hasta nuevo aviso el trabajo de todos se tranquilizó, menos el de los militares obviamente. Rosé como prometida del futuro rey, ahora tenía su propia habitación la cual estaba en el mismo pasillo que la de Jennie, las primeras noches fue aburrido no tener a la morena a su lado como de costumbre pero luego de unas dos noches la princesa apareció en la puerta de su habitación con su tablero de Senet dispuesta a jugar sus tradicionales partidas antes de ir a dormir. Luego de eso todas las noches fueron así, Jennie aparecía en la habitación de Rosé, muchas veces se quedó dormida allí lo que hacía que en las mañanas tuviera que prácticamente salir corriendo antes de que su madre o algunas de las chicas del harén –quienes eran bastante chismosas- la vieran.