3. Isis y Osiris

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Había pasado más de un mes aproximadamente desde que Rosé llego al palacio, uno no tan malo como ella pensó que sería lo único que le incomodaba eran los encuentros que tenía que tener con Chanyeol, realmente ninguno de los dos hablaba del hecho de que se iban a casar o de que serían los soberanos de Egipto. Se dedicaron a conocerse un poco, ambos estaban aterrados por todo lo que vendría pero a pesar de todo siempre en sus conversaciones salía el mismo tema: Jennie. Chanyeol realmente ama a su hermana, siempre le dice a Rosé lo buena cómplice que es y lo buena que es para guardar secretos. Por su parte Rosé cada vez que ve a la morena siente la impetuosa necesidad de hablarle de lo que sea, necesariamente tiene que hablar con ella una vez al día para estar tranquila. Y es que la princesa se volvió indispensable en la vida de la menor sin que ella se diera cuenta.

Jennie seguía yendo al Nilo cuando quería escapar del palacio o cuando hacían los encuentros de Rosé y Chanyeol en la sala del trono, verlos tratar de congeniar era una tortura no solo para ella sino para todo aquel que tuviera sentido común.

En la casa de la vida, Rosé siempre se sentaba al lado de Jennie quien no iba a clases ciertamente a aprender y eso era lo que le molestaba a la menor. La morena podía pasar todo el día mirando a las siervas que las acompañaban en las clases, bajo la atenta mirada de Rosé quien no soportaba ver la cara de la princesa cada vez que se quedaba pegada mirando a alguna chica. Desde ese momento en específico la menor comenzó a sentir un caluroso cariño por Jennie, aunque ya no estaba tan segura si era un cariño amistoso. Cosa que la confundía.

Lo entendió mejor ese día, como uno cualquiera en la mañana Rosé caminaba con Jisoo hacia la habitación de Jennie quien le había dado entrada liberada a la menor para que entrase cuando quisiera, eso también provoco que Rosé escogiera dormir con Jennie en vez de con todas las chicas en el harén. Pero a la morena no le molestaba, al contrario, le encantaba tener a la rubia en su habitación, siempre se quedaban hasta tarde hablando trivialidades o jugando partidas de Senet en las que Jennie siempre ganaba. Cuando la futura reina estuvo a punto de llegar a la habitación de la morena esta salió abruptamente asustando un poco a Rosé y a Jisoo.

—Roseanne. —Hablo la menor sorprendida de verla fuera de su habitación.

—Bueno días. — respondió la menor rápidamente. —Vine a buscarte para ir a clases. — a lo que Jennie le dio un sonrisa.

—No tenías que venir hasta aquí. — Expreso la morena tocando levemente el brazo de Rosé a lo que se tensó. —Tengo que ir a retirar una joya que le encargue Lisa, luego iré a clases. — Dijo para irse en la dirección contraria.

—Te acompañamos. — Hablo Rosé antes de que la morena se perdiera en el pasillo.

—Um...Esta bien, Lisa estará muy feliz de ver a Jisoo. — Dijo dándole un sonrisa pícara a la chica quien solo gacho la cabeza sonrojada.

—¿Mandaste a que te hicieran una joya? — Pregunto Rosé intrigada. —Apuesto que está repleta de rubíes. — bromeo haciendo reír a la mayor.

—Claro que si hubiera sido para mí tendría muchos rubíes, pero no es para mí. — dijo la morena entrando a la sala de las joyas. Rosé frunció el ceño ante eso ¿Mando a hacer una joya para alguien más? Tenía mucha intriga en estos momentos.

Al entrar a la amplia sala Lisa inmediatamente se levantó de su asiento inclinándose ante la presencia de Jennie para guiarla hacia una mesita donde le entrego el brazalete de oro con incrustaciones de las piedras que la morena le indico. Jennie quedo encantada de la joya que cumplía con todos sus estándares.

—¡Lisa esta joya es tan hermosa! — exclamo la princesa. —Te aseguro que le va a encantar. — Rosé seguía con la intriga de para quien sería esa hermosa joya que Jennie mando a hacer. —Muchas gracias Lisa.

The Nile River; CHAENNIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora