Hijos.

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Los días pasaron y las heridas del rubio fueron sanando poco a poco.

Las visitas al médico eran menos, pero fueron sustituidas con aquel psicólogo especializado en niño, quién ayudaba a Menma a ir quitando poco a poco aquellos eventos traumantes. Psicologo solicitado y contratado por Gaara, quien ahora mantenía, con el Uchiha, una guerra silenciosa.

Sasuke y Menma habían regresado a su casa, junto con el rubio. El menor de los hermanos exigía regresar a su vivienda, puesto que dormir en la cama donde su hermano —en su época adolescente— dormía, no le parecía muy cómodo.

Regresaron con la única regla de que, Sasori, Deidara, Itachia, sus padres, Sakura o Gaara, irían a visitarlos todos los días, para verificar su estado. Sasuke, a regañadientes, aceptó.

Así que ya estaban ahí. En casa. Con un infante dormido y ellos discutiendo. La razón: la comodidad de la cama.

—Naruto, ya te dije que dormiré aquí— dijo depositando su almohada en el sofá—. Tú quedate en la cama. Tus heridas aún no sanan.

—No. Si te quedas aquí, amanecerá con el cuerpo adolorido y de mal humor— quito la almohada y se la entregó al Uchiha, para luego poner la que él traía—. Prefiero despertar adolorido a tenerte con mal humor. Das miedo-ttebayo.

Dobe...— Sasuke le entregó la almohada que tenía en sus manos. Naruto la agarró, idiotizado por el tono de voz del contrario y su mirada oscura—. Si no subes a esa habitación en estos momentos, te cargare y te amarrare a la cama de manos y pies, ¿entiendes?— su voz había cambiado tan rápido. De una suave a una llena de amenaza.

—Sasuke...— el rubio bajó la mirada y el mencionado sonrió al ver logrado su cometido—. No sabía que tenías ese tipo de fetiches-ttebayo— murmuró avergonzado. La sonrisa del azabache desapareció.

>•<

Menma no lo entendía.

Menma no entendía el por qué su padre tenía una marca roja en su mejilla y cabellos rubios en su pijama; y por qué su papá estaba de mal humor. Sabía que estaba de mal humor porque estaba dejando que se quemaran sus tan preciados tomates.

Menma intercambió su mirar entre sus padres y sonrió, escondiendo dicha sonrisa en su vaso de leche.

—¡Menma!— la puerta se abrió de golpe y, Naruto y Menma, volteron a ver—. ¡He llegado por ti! La escuela nos espera-hm— el rubio de larga cabellera entró sonriente, algo que desapareció apenas vio al azabache con cara seria y aura asesina—. Buenos días, Sasuke, Naruto y Menma.

—Buenos días, Dei— dijo el rubio menor. El azabache mayor regresó a seguir quemando aquella verdura.

—Menma— habló Sasuke. Los tres presentes le vieron con miedo—. Ve por tu mochila, se hace tarde— el menor asintió, bajó de un salto del banco y corrió escaleras arriba, yendo por lo pedido.

—¿Por qué está de mal humor?— preguntó el mayor en un murmullo, como si así el Uchiha no les escuchara.

—Tuvimos una pequeña discusión ayer. Nada importante-ttebayo.

—De acuerdo. ¿Y tu mejilla?

—Me golpeó porque no quería quedarme en la cama.

—¿Tan rápido?

—¿Eh...?

Dos puños se dejaron caer en las dos cabezas rubias. Un puño en cada una. Los ahí presentes entendieron que ai seguían dicha conversación mal dicha, ellos no saldrían de aquella casa, no de pie.

~•~

—Tu papá estaba de mal humor, ¿verdad?— exclamó el mayor, mientras sostenía la mano del pequeño.

—Sí— dijo alisando su uniforme, comprobando que no hubiera arruga alguna—, pero me gusta cuando es así.

—¿Ah, sí? ¿Por qué?

—Porque ambos se ven felices. Se ven felices como antes, tío. Eso quiere decir que podremos volver a ser una familia como antes— exclamó el azabache, viéndolo con una sonrisa.

~Cómo Naruto...~

—Sí, Menma. Es probable.

Y el también sonrió, con la esperanza de que su pequeño sueño se hiciera realidad.

>•<

Sasori acariciaba aquella melena rubia y Deidara reposaba su cabeza en el pecho del contrario. En el silencio de aquella oscura habitación.

—Tengamos un hijo— soltó de repente y el pelirrojo detuvo su acción—. ¿Sasori...?— habló cuando ya no sintió aquella caricias. Se sentó en la cama y giró a verle. El mencionado se hallaba perdido—. Saso...

—¿Por qué?— fue el primer pensamiento que salió de su boca y el rubio bajó la mirada—. No es que no quiera tener un hijo o hija contigo, pero ¿por qué tan de repente?

—Bueno...— el pelirrojo también se sentó y encendió la pequeña lámpara que reposaba a lado de la cama—. Hoy fui a dejar y a traer a Menma de la escuela y el pensamiento de hacer lo mismo con mi hijo llegó inconscientemente y se quedó en mi cabeza. Perdón.

El pelirrojo sonrió un poco, tomó a su pareja del mentón y deposito un casto beso en sus labios, que aún se hallaban tibios e hinchado por lo anteriormente sucedido.

—¿Un hijo con nuestros genes?— él sabía los deseos de su pareja. Un hijo como Menma.

—No creo que eso pueda pasar— dijo seguro, pero su mirada delataba su esperanza.

—Podemos hacer estudios— depositó otro beso—. Si sale positivo, nos olvidamos del condón por un tiempo— otro beso—, si sale negativo, bueno, siempre hay algún pequeño necesitando un hogar— y otro beso. Ese tema era delicado para el rubio—. Así alguien no tendría que esperar tanto tiempo el calor de un hogar.

Sasori le abrazo y de aquellos ojos azules unas lágrimas salieron, pero un sonrisa apareció.

—Sí, quiero hacer eso.

>•<

Y heeee vuelto.

Hola, perdón por tenerlos abandonad@s. No había tenido la inspiración para escribir.

Espero que les guste este pequeño capitulo SasoDei uwu.

¿Ustedes que creen que digan los resultados de Dei? ¿Podrá tener hijos o va a adoptar? Los leo 👀

En verdad espero que les guste el capitulo, y esperen más, vengo inspirada jsjs.

Todavía falta un poco para que llegue lo "bueno", creo. No hice borrador para la historia, así que por eso me tardo :'3

Si les gustó denle una estellita, dejen su bello comentario, se aprecia demasiado leerlos.

Si les gusta el KiriBaku, acabo de subir una historia de ellos, así que vayan a darle amor 💕

Los amo.
Adiós uwu

Los días de nuestra felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora