Si Naruto tuviera que hablar con su familia, diría que es algo extrovertida.Su madre era alguien que podía hacerte reír en el peor de lo momentos, haciéndote olvidar de aquellos problemas que te carcomen.
Su padre era más tranquilo y te daba de esa tranquilidad que siempre acompañaba con una sonrisa. Acompañaba a su madre en las locuras que a esta le gustaba hacer.
Su hermano mayor era una mezcla entre ambos, obteniendo partes iguales de los dos. La tranquilidad que caracteriza a su padre y lo alegre que puede ser su madre. Esas dos cosas hacían a Deidara... Deidara.
Y pues él, él también era una mezcla entre ambos, pero con la alegría y locura que caracterizaba a su madre en aumento. También podía ser tranquilo como su padre, pero llegaría un momento donde toda esa tranquilidad se iba y era reemplazada por aquella risa escandalosa, chistes sin sentido y bromas desastrosas.
Según la gente externa, la familia Uzumaki era el sol que evitaba que la familia Uchiha quedara en completa oscuridad.
Y Menma, Dios, él era el pequeño eclipse, el cual habia sacado un poco de ambas familias. Era tranquilo y serio, inteligente tal como se caracterizaba más a los Uchiha, pero también podía ser tierno, divertido, alegre, haciendo referencia a la familia Uzumaki. Menma tenía una dualidad desde pequeño y la gente era consciente de aquello.
—Si las miradas mataran, tú estarías en la cárcel por asesinato a un menor— su hermano le habló y él sólo viró los ojos.
—Callate, Dei...
—Mira, odio meterme en esto del padre celoso, porque si Saso estuviera aquí también estaría igual que tú— el rubio más bajo estaba secando su cabello—. Sólo es su amigo, no es nada malo que haga amigos en un campamento.
—No me molesta que Menma tenga amigos, me alegra, porque en la escuela no tiene muchos por tener el carácter de Sasuke— vio como aquellos chicos entraban corriendo al lago—. Lo que no me agrada es que ese chico no va con todas las intenciones de ser su amigo. El quiere algo más.
—Menma ya está en la edad para experimentar aquel enamoramiento de niño— el menor le vio con su ceño fruncido—. No puedes evitar que conozca a alguien que tal vez le guste.
—Lo puedo encerrar en una torre como en Rapunzel.
—Se te olvida que, según Barbie y Disney, a Rapunzel la salvan, una un príncipe y a la otra un ladron, y la que la encierra muere.
—Lo llevare a un convento.
—Eso si Sasuke te deja.
Escucharon la risa femenina de aquella mujer que ambos amaban, querían y apreciaban más que nada.
Sus padres se molestaban un poco con el agua del lago, con el rubio sosteniendo la mano de la contraria para evitar que cayera.
—Crees que... Crees que si siguieran juntos, ¿serían así de felices?— el rubio menor habló, su mirar se veía trsite.
—No lo sé, Naru, no lo sé. Es probable que no o es probable que sí. Es algo que sólo la vida sabe. Pero, si se separaron es porque la vida les dijo que no estaban hechos para estar juntos de una forma romántica, que serían mejor de una forma amistosa.
—A veces hablas como Sasori—Naruto rió y Deidara viró los ojos.
—El te diría casi lo mismo, pero bueno... Espero que puedas arreglar tu problema con Menma y sus hormonas.
—Jodete.
>•<
—¡Menma!— el rubio estaba caminando en aquel terreno, buscando al mencionado.
La noche había llegado, la fogata había terminado y su hijo había desaparecido sin decirle nada.
—¡Men...— su grito quedó inconcluso cuando le vio. Una escena bastante extraña para un padre cuyo hijo no mostraba emoción alguna.
Tomó asiento en la orilla de aquel lago, esperando que en algún momento su hijo se diera cuenta de su presencia. Y supo que así fue cuando el menor se sentó a su lado.
—No vi que estabas aquí. Lo siento— el pequeño no le veía, pues sentía que haber hecho eso en presencia de su padre estaba mal.
—No te preocupes, no es como si hubiera estado en todo el espectáculo— bromeó aun sin ver a su hijo. Sabía que estaba apenado.
—Papá...— reprochó, ocultando su rostro entre sus manos.
—Quiero preguntar pero a la vez no quiero, y dudo que tú quieras contarme— se levantó y ayudó a su hijo a hacer lo mismo—. Hablé con Dei y dice que ya estas en edad, así que confiaré en él y en ti. No hagas que me arrepienta.
—Lo haré.
Ambos comenzaron a caminar, y ambos sabían que en algún futuro ambos se reirian de aquello. Naruto no lo sabía con seguridad y Menma no se lo diría pero aquel había sido el primero.
Menma había recibido su primer beso por parte de un chico.
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Los días de nuestra felicidad
RandomSegunda parte de las historias: "Veinte días" y "No cometí el error"