Senju

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Tobirama soltó su mano.

Izuna secó sus lágrimas.

Ambos se vieron con el odio, ese odio que tuvieron que proyectar desde el primer en que se conocieron.

Ambos padres, Uchiha y Senju, estaban ahí, impidiendo que sus hijos pelearan con la persona que ellos amaban.

Hashirama desde atrás veía todo, al igual que Madara, sabiendo ambos que no podían hacer nada para que sus padres cambiaran de opinión.

Ambos sabían que debían cuidar a sus hermanos menores, pero ¿cómo podrían sanar sus corazones rotos ahora?

—Izuna, ese hombre de ahí-habló su padre—. Es Tobirama Senju... hijo de los malditos Senju.

—Y el es Izuna Uchiha... hijo de los apestosos Uchiha. Todo el mundo les odia— habló ahora el Senju.

Cada uno de los mayores se dieron la vuelta yendo, cada quién, a su respectivo auto.

Hashirama se acercó a Tobirama, así como Madara a Izuna, ambos diciendo las mismas palabras.

—Sólo olvidalo...

Ambos menores se vieron, probablemente por ultima vez, sabiendo que ese sería el ultimo recuerdo que tendrían del otro.

Ese fue el peor momento para Tobirama.

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—Tobirama...—el mencionado se acercó al escritorio de su padre—. Toma asiento por favor.

—¿Sucede algo?— preguntó después de haber hecho lo pedido.

—Necesito que hagas algo por mí y por el bien de la empresa.

—De acuerdo. ¿Qué necesita que haga?

—No dejes que tu hermano y el maldito Uchiha se unan. Hashirama esta comprometido, separalos.

—Pero...

—Hashirama tiene que heredar la empresa y darme nietos para que ellos hereden la empresa.

—El segundo...

—El primer hijo es heredero de la mayoría de las cosas. Ya hemos hablado sobre eso. Ahora, ve a vigilar que tu hermano este con su prometida.

—Sí, señor.

>¤<

Tobirama vio, durante mucho tiempo, como la cara de su hermano, aquella que siempre se veía feliz, ahora se veía seria y sombría.

Ahora, a su lado, se encontraba aquella mujer con su kimono blanco y su cabello rojo intenso de nombre Mito, Mito Uzumaki.

Se había hecho una pequeña celebración por la unión de aquellos dos.

Justo al atardecer, ambos fueron unidos en sagrado matrimonio, según las palabras del padre.

En un momento de la reunión, Tobirama pudo ver a su hermano en el balcón, con un sobre blanco en una mano y un encendedor en la otra; prendio el encendedor y puso el sobre sobre su fuego, para luegi verla quemarse poco a poco. Luego vio a la pelirrosa salir de la habitación al balcón y el castaño limpió las lagrimas que bajaban de sus ojos.

Tobirama sabía que lo que esa carta tenía en su interior. Eran las ultimas palabras de amor que el Senju le podría dedicar al azabache; probablemente, el ultimo adiós.

Le decía adiós a su amor.

>¤<

Hola :')

Capitulo corto pero con amor... Sí, lo sé, los deje abandonados y me disculpo por eso, pero no me llegaba la inspiración ni el como continuar la historia.

Espero yo ya poder seguirla normal... como la visualizo en mi mente y plasmarla como tal en palabras :'3

Esperen el siguiente capitulo...

Y pues si les gustó este capitulo, denle un bello voto o dejen su bello comentario. Los leo xd

Adiós 😉

 

Los días de nuestra felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora