—Papá quiere que salgamos todos juntos— agregó otra prenda a su maleta y suspiró—. No creo que sea buena idea.—Teme, claro que es buena idea. Saldrás con tus padres, con tu hermano y con Menma. Podrás ser el niño consentido nuevamente por unos días.
—Pero...— se calló. Naruto se acercó al azabache y le abrazó—. Tengo miedo de que esa loca vuelva y venga a hacerte algo.
—Estaré bien. Veré a Gaara y pasaré gran parte de mis días con ellos, ¿bien?— el Uchiha asintió—. Ve tranquilo y diviértete con Menma.
—Está bien. Sé que puedes cuidarte pero... Llama por cualquier cosa.
>•<
—Tus inhaladores están en el cajón de la recámara, en el tercer cajón de la cocina en el lado izquierdo, hay dos en donde el televisor, hay dos más en el cajón del baño de visitas, dos en el nuestro y en el de Menma— Sasuke pegó varias notas en la puerta de la nevera—. Deidara llamara cada media hora a tu celular para ver si estas bien, así que trata de contestar.
Naruto rió mientras negaba por la preocupación de su esposo.
—Dile a Gaara que te alimente bien, si es que vas a donde él. Tus comidas de dos ramen cada tres horas no me agradan y lo sabes— escuchó la bocina de un auto y viró los ojos—. Recuerda llevar en tu bolsa algunas inyecciones y tus inhaladores, con que lleves tres esta bien.
—¿No puedo llevar más?— exclamó con cierta burla y Sasuke le vio mal. Otra vez el sonido de la bocina—. Estaré bien. No tienes que hacer esto cada vez que te vas.
—Lo hago porque sé que eres un idiota que lo olvidara.
—¡Pá, ya estoy listo!— exclamó aquel chico de 11 años.
—Sube al auto. Dile a tu abuelo que iré en un minuto.
—¡Bien! ¡Nos vemos! ¡Te amo, papá!— el joven salió, dejando a ambos adultos solos.
—Siento que olvido algo— paseó su mirar por la casa, tratando de "encontrar" aquello.
—Tal vez despedirte de mí, mientras me besas y me dices que me amas.
—Eres tan cursi.
—Te irás una semana. Necesito algo de ti.
—Cuando regrese te compensaré— se acercó al más alto y pasó sus manos al rededor del cuello contrario.
—Cuando regreses, yo me iré con Menma.
—Oh, cierto— sonrió mientras ambos rostros se acercaban.
>•<
—Menma, date un baño cuando regreses.
—Tranquilo, hermanito. Nos regañas y mandas cuando volvamos, ¿bien?— Itachi rió y salió de la habitación junto con Menma.
—A veces siento que debieron dejarlo en el basurero donde lo encontraron— habló el menor y Fugaku sólo pudo ahogar su risa. Sasuke sonrió ante eso.
—Bien, estamos sólo nosotros— la única mujer tomó asiento junto a los dos varones—. Con Ita habló todos los días, pero ustedes nunca me vienen a visitar. Cuéntenme, ¿cómo les va con sus parejas?
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Los días de nuestra felicidad
RandomSegunda parte de las historias: "Veinte días" y "No cometí el error"