Días.

183 24 1
                                        


Sasuke se vio en el espejo. Los años pasaban y su vida se iba con ellos.

Cada día más viejos, más lentos, más cerca de su día final.

Si dilema de la vejez se vio interrumpida por aquellas risas escandalosas en el piso de abajo.

Suspiró, tendría que bajar rápido o aquellos dos iban a hacer un desastre en su cocina, en su comedor y en toda su casa.

Y al hacerlo, al bajar, pudo verlos y sonrió un poco con ellos. Una sonrisa apenas perceptible, pero que el rubio sí conocía y sabía que su lindo esposo estaba feliz.

El Uchiha, él sólo quería que el resto de sus días fuera así, con ellos dos sonriendo y riendo. El sería feliz si ellos dos lo eran.

El día anterior, Gaara le había dicho que no se mostrará preocupado y que siguiera con su vida normal, que "ellos" se encargarían de lo demás. Lo que Sasuke menos quería era ocasionar que Menma regresará a sus terapias.

Sus días pasaban rápido, en un abrir y cerrar de ojos los años pasaban sin importarle detenerse. Menma cada vez crecía más, y aquel tierno niño de seis años ya no existía.

Su relación con Naruto había mejorado a lo largo de aquellos cuatro años. Habían hablado de volver a comprometerse, pero esperarían un tiempo más hasta que todo estuviera completamente seguro.

Menma estaba completamente feliz de la familia que habían vuelto a ser, y el tema del secuestro y aquellas muertes que presenció, se fueron esfumando poco a poco hasta que dejaron de atormentarlo.

Eso les agradaba. Poder escuchar y presenciar las risas contrarias sin tener miedo de, en cualquier momento, escuchar el sonido de una bala o la voz de aquella mujer que tantos traumas les había causado.

Habían vuelto a ser aquella linda familia de tres que se esforzaba todos los días en demostrar todo el amor y cariño que se tenían.

Y eso estaba bien.

>•<

—¿Un perro?— no odiaba a los animales, solo que era más fan de los felinos.

—Es lindo— Sasori mostraba la misma seriedad de siempre. Aquel animalito sería... Algo nuevo en demasía.

—Es lindo, Sasuke— el rubio menor se encontraba jugando con el can y este parecía corresponder el aprecio—. Deberíamos adoptar uno.

—Sí...— vio a Menma y este se veía confundido—. Lo veremos en un futuro.

Deidara se levantó de su asiento y fue a donde su hermano y su pulgoso amigo estaban, empezando a jugar con ambos.

Sasuke vio a Sasori y este sólo soltó un suspiro algo cansado. El Uchiha entendió un poco lo que estaba pasando.

—¿Por qué no simplemente le dijiste que no?— se dirigió al pelirrojo, ganándose su atención.

—No es como crees—se acomodó en su lugar—. El amigo nos siguió hasta aquí, tratamos de que se quedara afuera pero comenzó a llover y Dei comenzó a preocuparse. Sabía que él no lo diría, así que recomendé que se quedara aunque sea una noche. Le dimos agua y unas cuantas telas para que durmiera, pero... Supongo que Dei y él se enamoraron porque ya nunca se quiso ir y Dei no dejo que se fuera.

—Pensé que en verdad no te gustaban los perros.

—No me agradan mucho, pero ver a Dei feliz es más que suficiente para dejar que se quede.

—¿Sigue yendo a terapia?— el mayor negó—. Me alegra que tenga una distracción de sus temas traumaticos.

—¿Te contó algo?

—Me dijo nada más lo suficiente— el Uchiha acomodo un poco su cabello—. No necesitaba saber más, a menos que él quisiera decirme.

—Es un poco reservado con algunos temas. Tal vez te preocupó.

—Es reservado demasiado, pero sé que estará bien porque tú estarás con él. Cuando lo dejes empezaré a preocuparme.

—¿Quién dice que lo dejaré?

—¿Entonces para que me preocupare?

>•<

—No puedes bajar del auto, no aún— la chica detuvo la acción del mayor al ver que bajaría del vehículo—. Nos verán y sabrán que estamos aquí.

—Llevó años queriendo volver a ver a Dei, esta tan cerca de mí ahora mismo— la menor pudo ver aquel amor y cariño en los ojos del contrario.

—Lo sé, cariño, lo sé, pero tenemos que hacer esto conforme al plan— Izumi cerró la puerta y su mirar se volvió triste—. Pronto estarás con aquel que fue tu amor— se acercó a su oído y le susurró—, y se quedará contigo, para siempre. Así tuvo que ser desde el inicio.

—El no tuvo que dejarme— vieron que la puerta de aquella casa se abrió y una pareja salió. La Hyuga se agachó un poco para evitar que le vieran.

Izumi vio aquella escena que le hizo estar más seguro de aquel plan: la sonrisa de Deidara. Aquella sonrisa que le regalaba al pelirrojo de baja estatura, mientras caminaban de la mano e iban a algún lugar planeado.

Y ahí supo que el quería ser la razón por la que aquel rubio sonriera. El quería ser quien tomará su mano. El quería ser quien caminara con él.

Porque a pesar de todos los días que habían pasado, Izumi no había podido olvidar a aquel rubio ojiazul que, tristemente, había abandonado hace tanto.

Y a pesar de todos los días que habían pasado, Hinata Hyuga no pudo olvidar lo que Namikase y Uchiha habían hecho con ella. Y tristemente no se quedaría con las manos cruzadas.

Ella espero todos esos días para por fin completar su plan.

Y el día llegaba, pero ellos parecían no darse cuenta.

> °  <

Holaaaaaa.

Pidoperdon por no haber subido capítulo, pero escribí el primero y no se guardo, luego escribí otro y me quedé sin datos unu

Así que pues hasta ahora se los traigo.

Espero les guste y esperen otro capitulo. La historia ya pronto terminará, les dije que yo quería terminarla en 50 capítulos :3

Así que ya saben, pueden votar y/o dejar su bellísimo comentario, me encanta leerlos aunque a veces no los contesto o algo así, 😬

Los amo.
Adiós 💕

Los días de nuestra felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora