Búsqueda.

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—¿Cómo mierda no sabe dónde está?— exclamó Naruto, quién se había levantado por el enojo que sentia—. El maldito de seguro está mintiendo.

—Tobirama jamás me mentiría. El dijo que al pequeño jamás quiso hacerle algo, o utilizarlo directamente como chantaje.

—¿Quién los trajo entonces?— la ojijade habló, recordando las palabras de la Hyuga menor—. Ni ellos saben quién los trajo aquí.

— Si no fue Tobirama, entonces ¿quién?— exclamó ahora Karin.

—Shisui te estoy pidiendo solo eso...

—Itachi,ya te dije que...— el mencionado le tomó de la mano. En sus ojos de veía la desesperación.

—Por favor. Mi hermano y mi sobrino son lo único que ya me quedan. Sé que si Menma no regresa, Sasuke se perderá también.

—No puedo pedirle a mi superior que lancemos toda patrulla a buscar un infante.

—Shisui, te lo pido...— Itachi bajo la mirada y, poco a poco, fue bajando al suelo hasta quedar de rodillas. Shisui tragó—. Traeme a mi sobrino vivo y te dejaré en paz tal y como me lo pediste. Sin juegos ni trampas. Desaparecere de tu vida. Sólo te pido eso.

—Yo...— volvió a tragar y siguió conteniendo las lágrimas que amenazaban por salir. Le dolía verlo así—. Veré que puedo hacer...— dijo soltandose del agarre y escuchando como el contrario murmuraba muchos "gracias".

Salió de aquella casa con todas las miradas de las personas encima de él, tal como el día en que llegó.

—Lo llevaré a una habitación— dijo el rubio de larga cabellera. Su pareja sólo le vio.

El chico de acercó al Uchiha y le ayudó a levantarse; poco a poco fueron subiendo los escalones, para llegar al segundo piso.

Llegaron a una de las habitaciones y ambos entraron, para luego sentarse en la cama.

—¿Qué ha pasado con él?— Deidara comenzó a hablar. Directo.

—Lo mismo de siempre— esas palabras.

Pensé que lo habían dejado ya.

—Simplemente no puedo— de recargo en su hombro del rubio—. Quiero pero otra parte de mí no puede.

—Y no quieres que él sufra, pero puedes hacerlo sufrir. Deberías cambiarlos de idea... Deberías no querer que ella sufra para que puedas hacerla sufrir.

—Tú sabes más que nadie el poder que ella tiene sobre mí. No puedo hacer nada contra eso.

—Lo sé, pero eso no importa. Yo puedo tener mucho, demasiado poder sobre ti, pero yo ya te solté. Y ahora, tienes que hacer que ella te suelte y Shisui tenga el poder sobre ti.

—¿Cómo mierda hago eso?

—Se un hombre y demuestrale quién manda a esa zorra.

>•<

—¿Es tu familiar?— preguntó el mayor.

—Sí...— dijo dudoso—. Es mi sobrino. Tiene cinco años. Lo secuestraron.

—Veré que puedo hacer, Shisui. Casi nadie va a querer trabajar en una operación para ustedes. El sólo tenerte a ti y al señor Izuna es bastante riesgoso.

—De acuerdo, señor. Gracias— el mayor asintió y el azabache salió de aquel lugar.

Fue hasta su zona de trabajo, donde a lado estaba Izuna, y se sentó. El trabajo era muy cansado.

—¿Qué ha pasado?— el mayor se asomó.

—Le pedí que si podía enviar patrullas a buscar a Menma, pero me dijo que "vería que podía hacer".

—Así son todos. Buscando la manera de deshacerse de nosotros poco a poco. No les importa si uno de nuestros niños se pierde. Mientras tenga el apellido Uchiha, todos estamos malditos.

—Iré a buscar a Menma, ¿vendrá conmigo?

—¿Por qué crees que iré a buscar un mocoso contigo? Yo no tengo nada que ver en sus familias estúpidas.

—Es parte de los nuestros. Si nosotros no lo salvamos ¿quién lo hará?. No te pido gran cosa.

—Me pides arriesgar mi vida para salvar un mocoso y tu romance con el Uchiha cara bonita.

—No lo hago por el...— soltó un suspiro—. Pero seamos sinceros, ¿qué haces aquí aún? El caso de tu hermano ya está cerrado. ¿Qué te detiene?— el mayor no respondio—. Ya no te dejaron volver, ¿verdad?

—Eso... No...

—Así que te vuelvo a pedir que me acompañes a buscar a Menma. Quitando el hecho de los romances y eso. El es el pequeño más lindo que verás en toda tu vida y en verdad quiero que lo veas para que lo recuerdes.

>•<

—Empezaremos una búsqueda para Menma.

—¿Sólo ustedes dos creen buscar bien en todo el país?— exclamó Gaara.

—Todos los que estamos aquí vamos a buscar a Menma— volvió a decir Shisui—. Nos dividiremos en grupos, así que si tienen a más gente loca que no le importe morir en el intento, localicenla.

—¿Tan así?— el azabache asintió—. Mis tíos y los señores Uchiha no irán.

—¡Por supuesto que no!— exclamó Deidara—. Si por algún caso, sólo uno de nosotros puede rescatar a Menma, y si llegamos a tener todos el mismo destino, ellos cuidarán de él.

—Hablaré con mis hermanos y mi pareja, tal vez quieran y puedan ayudar.

—No aseguro la participación de Ino, pero equipo médico no puede faltar.

—Tal vez Juugo...— dijo el dientes de tiburon—. No se especializa en encontrar, sino en desaparecer, pero por ser Sasuke podría hacer una excepción.

—Sasuke...— exclamó Itachi—. A ti también te necesitamos.

El mencionado no se movió, ni contestó a lo exclamado por su hermano. La mayoría bajó la mirada. Sin Sasuke no sería el mismo resultado.

Naruto se acercó a él, poniendose en cunclillas frente a él. Tomó sus manos y el Uchiha le vio.

—Sé que estás mal y que lo extrañas mucho más que yo, lo sé, pero ya tienen una forma de irlo a buscar, pero necesitamos de ti— apretó el agarre—, necesitamos de tu para que puedas ponerle la paliza de tu vida a la chillona esa— Sasuke rió un poco—. No la golpeara nadie más en esta habitación, porque no será el mismo karma que sería contigo.

La mirada de Sasuke volvía a tener cierto brillo, ilusión y vida. Tal vez sólo era por visualizar como golpearía a la Hyuga, pero podría regresar a ver a su pequeño.

Podría ver a su pequeño.

Los días de nuestra felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora