Pronto

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—Llegue lo mas rápido que pude— el pelirrojo estaba sudando—. ¿Cómo está Dei?

—El...— Shisui odiaba dar malas noticias—. Lamentablemente tuvo in aborto espontáneo. El bebé murió dentro pero Dei esta estable.

—¿Sabes si puedo pasar a verlo?— dejó su bolso en una de las sillas de plástico y de acercó a la puerta en cuanto vio al Uchiha asentir—. Espera sólo unos minutos, por favor— abrió la puerta, entró y cerró.

El rubio estaba recostado, con la mirada en el paisaje que las persianas de la ventana le dejaban ver, pero su atención parecía perdida en otra cosa.

—Dei...— habló bajo. El mencionado le vio y sonrió un poco.

—Saso...— bajó la mirada y apretó la sabana que le cubría—. Lo siento.

—¿Qué?— se apresuró a llegar a su lado—. ¿Por qué te disculpas?— tomó su mano en una muestra de apoyo.

—Sé lo mucho que deseabas tener hijos y yo... Ya no sirvo para eso— el Namikase sonrió con lástima.

—Dei, te amo. No tienes que disculparte por nada, no es tu culpa— limpió una lagrima que bajaba por la mejilla del rubio—. Ambos queríamos eso, pero... Simplemente, tal vez la vida nos tenga otros planes. Quitando eso, yo te amo, eres mi todo, y tú me preocupas más que nada. Si quieres seguir con el sueño de tener una familia pues seguiremos, podemos adoptar si es lo que gustas. Pero aquí lo más importante es si tú estas bien, ¿de acuerdo?— el ojiazul asintió—. No quiero que te culpes por esto. Quiero que en serio estés bien— le abrazó—. En serio, te amo.

—También te amo— correspondió el abrazo.

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¿Terapía?— asintió—. ¿Puedo saber la razón?

—Ocurrió un problema y...— exclamó nervioso—. Sasori se preocupa de que me quede algún trauma por el acontecimiento.

—Mientras tú estés bien, supongo que es bueno.

—Sí... ¿Y Menma?— cambió el tema.

—Fue con Naruto a la empresa. Mi papá quería verlo— tomó un sorbo del té de su taza.

—¿Y qué pasó con tu prueba? Ya no me comentaste nada.

—Salió negativa— suspiró—. No sé qué hubiera pasado si hubiera salido positiva.

—Menma sería feliz al igual que el idiota de mi hermano— rió un poco—. Y tú te volverías un poco más viejo-hm

—Callate— el Namikase soltó una risa y el Uchiha viró los ojos—. Le cortaste el cabello a mi hermano— soltó.

—El estuvo de acuerdo— se apresuró a defenderse—. Yo no lo obligue a nada, él...

—Tranquilo. Se le ve bien, aunque es extraño verlo con cabello corto después de tanto tiempo— sonrió, probablemente recordando las memorias de su niñez junto al mayor—. Supongo que gracias por apoyarlo y eso.

—No me vengas con tu sentimentalismo porque vomitaré— puso una cara de asco.

—Por eso nunca te trato bien.

—Me agrada cuando es así-hm

—Masoquista.

—Pues...

>•<

El rubio abrazaba al azabache por detrás. El sentir el calor del cuerpo contrario les hacía sentir tan tranquilos y cómodos.

—Te amo-ttebayo— hundió su nariz en la cabellera azabache.

—Todas las noches dices eso, dobe— puso su mano sobre la del rubio, la cual se hallaba en su cintura.

—Nunca dejaré de decírtelo. Hasta que suelte mi último aliento, te lo diré— se pegó más al mayor—. En serio te amo, niño mimado.

—Supongo que también te amo, idiota sin cerebro.

—Tus insultos eran muy dolorosos, teme— se quejo.

—Y los tuyos muy infantiles, dobe— rieron—. Ya duerme, mañana debemos trabajar.

—Bien, bien. Te amo— le dio un beso en su cien—, descansa.

—Descansaré cuando te calles— se burló.

—Ñiñiñi...

—Igual te amo, duerme.

Y así, poco a poco el sueño les fue venciendo, hasta que ambos cayeron en un sueño profundo, donde podían sentir al otro.

>•<

—Es mi departamento, como ves esta un poco retirado de la ciudad y de la clínica, pero en auto será más fácil movernos— el pelinegro dejó la maleta en el pequeño sillón, mientras la Hyuga veía por la ventana la lejana ciudad de Tokyo.

—Sólo medio año— tocó el vidrio y sonrió—. Medio año para que estemos juntos de nuevo— susurró—. Menma...

Izumi sabía que nada bueno saldría de aquel plan, pero su sed de venganza hacia el Uchiha le habían cegado para acompañar a la mujer en su plan.

Ya cuatro años habían pasado y Hinata había "cumplido" sus días de "terapia". El la había diagnosticado como estable para estar en sociedad.

El chico se acercó a su lado, contemplando de igual forma la vista.

—Lo haremos, Izumi— le vio y sonrió con ternura.

—Lo haremos, Hinata— tomó su mano y sonrió de igual forma.

¿Quién podría saber que el médico era igual de inestable que su paciente?

>•<

HOLA.

Bueno no les mentire, la verdad ya no sabía que escribir, sentía que la historia ya no tenía sentido(? Ya no sabía que escribir unu

Pido perdón por no traerles un capítulo decente, pero sumergirme en la miseria no fue muy bueno.

Espero poder traerles mejores capítulos antes del gran final.

Espero acabar la historia en el capitulo 50 jsjs

Espero que les guste el capitulo, recuerden que pueden darle estrellita o comentar, siempre los leo y me hacen feliz :'3

Sin mas, Esperen otro capítulo
Los amo
Adiós.

Los días de nuestra felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora