—¿Sabe por qué esta detenido?— preguntó el azabache mayor.—¿Por exceso de belleza?— sonrió coquetos, esperando que el oficial cayera en sus encantos, como anteriormente otros.
—Por ese comentario puedo arrestarlo si así lo quiero.
—Si en ese tiempo puedo verlo a usted, yo estare bien.
Ambos se quedaron viendo. El silencio se había formado en aquel lugar, sin importar el ruido que los demás oficiales hacían. Sus egos, igual de altos, habían chocado.
—Odio a los hombres ebrios— rompió la conexión visual, regresó su vista a las hojas en sus manos—. Sólo pagué la multa y llamé a alguien para que venga por usted, señor Uchiha.
—Puedo irme yo solo— se levantó, sacó su billetera y deposito el monto, o más, en el escritorio—. Gracias chico lindo— se dio la vuelta, dispuesto a irse.
—No puedo dejar que te vayas solo, menos en tu condición. Regresa a sentarte y llama a alguien— se levantó, siguiéndole.
—¿Tú me lo impedirás?— exclamó con burla—. Quiero ver eso.
—De acuerdo.
~•~
—¿Esposarme? ¿En serio?— el menor levantó su brazo un poco, enseñando el objeto que lo detenía en la silla.
Shisui hablaba con uno de sus compañeros, ignorando las quejas del de largo cabello.
Su compañero se fue, dejándole solo, con aquel chico. El se acercó al azabache que se hallaba reclamando.
—Mira, tienes de dos: puedes llamar a alguien para que vengan por ti o puedes quedarte aquí hasta que mi turno acabe y vea si es conveniente el dejarte ir. Tú decides.
—Tienes unos ojos hermosos, ¿te lo han dicho?— sonrió coqueto y Shisui quiso plantarle un golpe en su rostro.
—Entonces— se levantó—, quedate ahí hasta que el trasero se te acalambre— se dio la vuelta y se fue a su cubículo—. Idiota.
>•<
El día apenas comenzaba y el causante del dolor de cabeza del día anterior había vuelto a aparecer, sólo que esta vez, mejor vestido y con un vaso de café frío en su mano.
Shisui pasó frente a él, esperando que aquel chico estuviera esperando a alguien más. Se de tubo cuando escucho su voz hablándole.
—¡Oye! Espera— el Uchiha le había seguido por detrás. Shisui volteó a verle.
—¿Te volvieron a arrestar? ¿Ahora robas tiendas de ropa y café?— se cruzó de brazos.
—No, yo no hago eso— tomó un sorbo de su café—. Mi madre dijo que viniera a disculparme por mi comportamiento de ayer— se quitó los anteojos y vio hacia otro lado.
—¿Por qué tu madre te pediría eso?
—Bueno, dijo que tu padre llamó a mi casa para disculparse por tu comportamiento hacia mí y por como fui tratado. Mi madre pidió explicaciones a tu padre y a mí; me regañó y me dijo que viniera a disculparme contigo.
El mayor le quedó viendo y el Uchiha veía hacia otro lado, mientras bebía otro poco de su café.
—¿Y mi disculpa?— el menor le vio confundido—. Sólo me contaste la historia de como tú madre te obliga a hacer cosas para arreglar lo que causas— Itachi viró los ojos—. No he escuchado un "lo siento mucho por mi comportamiento de ayer. Fue estúpido y fui un idiota".
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Los días de nuestra felicidad
Ngẫu nhiênSegunda parte de las historias: "Veinte días" y "No cometí el error"