—Conocí a alguien...— exclamó el azabache.—¿Una chica?— el pelirrojo seguía viendo su libro.
—Un chico. Es lindo— suspiró enamorado.
—¿Qué te detiene para estar con él?
—Lo acabo de conocer.
—Eso no te detuvo antes...— le vio.
—Quiero que esto sea diferente. En verdad me gusta.
—¿Quieres algo serio con él?— asintió—. Entonces deja tu hábito de vida y conquistalo— volvió su vista al libro—. Ahora, concéntrate y has tu tarea.
>•<
Ambos chicos estaban en el sofá, viendo aquella película que les había llamado la atención. Se encontraban en el departamento del pelirrojo, quien con apenas diecisiete años, había convencido a su padre de vivir solo.
—Deidara es mi novio— soltó de repente el azabache.
—Genial— dijo sin más.
No era que no le importara la felicidad de su amigo, pero con el paso de los días y meses había cambiado su forma de ser con los demás.
Ya ni siquiera se mostraba un poco expresivo con Itachi, quien era su mejor amigo.
—Alégrate más por mí, ¿quieres?— e Itachi extrañaba la personalidad del contrario.
—Estoy feliz por ti. Al fin estás con alguien en serio. Haz que dure.
—Sí, sí...— le sonrió. Sasori hizo más una mueca que una sonrisa.
Ya había pasado un año desde que su relación de amigos con derechos se había acabado y aquellos sentimientos que ambos tenían por el otro ya habían desaparecido.
Itachi ya había encontrado alguien a quien querer, así que él seguiría esperando a aquella persona.
>•<
El Uchiha se encontraba llorando en su departamento, en su sofá que acababa de acomodar. Lloraba cómo en días pasados.
Y era la misma situación. Su separación con el rubio desconocido para él.
—Terminaron anteriormente, supongo que pueden regresar...— suspiró.
—No, esta vez dijimos que era definitivo. Me vio con Izumi, otra vez.
—Sólo a ti se te ocurre salir con la perra de Izumi, teniendo novio. ¿Eres idiota?
—Probablemente...— estiró sus brazos hacia el contrario. Sasori viró los ojos y se acercó. El Uchiha le abrazo y puso su cabeza en su estómago—. Esto se siente horrible.
—Cambia y encontrarás a alguien más. Encontraste al indicado, pero hay una perra detrás de tu empresa y viste por ella. Tal vez encuentres a alguien que te ayude a olvidarla y alejarla de ti.
—¿Y si nunca la encuentro?
—Hay muchas personas en el mundo— tomó un mechón del largo cabello—. No son los dos últimos en la tierra. Tienss encanto, eres guapo y amable, habrá alguien que te vea bajo toda esa fachada de niño rico de bien.
ESTÁS LEYENDO
Los días de nuestra felicidad
RandomSegunda parte de las historias: "Veinte días" y "No cometí el error"