Felices.

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—Así que... No perdieron el tiempo, eh— Sasuke viró los ojos ante aquel comentario.

—¿Sólo por eso volviste?— el Uchiha se encontraba sentado a un lado del rubio.

—No es por ser chismoso, pero quiero saber que paso— sonrió, esperando las palabras del menor—. Cuenta, anda.

—¿No hay alguien más a quien puedas joderle la existencia?— el mayor movió su cabeza, negando—. Eres imposible.

—Soy tu, nuevamente, cuñado y el tioo favorito de Menma. Tengo derecho a saber.

—El tio favorito de Menma es Sasori. Si ocupamos los términos que tú estás diciendo, entonces él sería el que vendría a preguntar.

El silencio se hizo presente en el lugar. Sasuke doblaba la ropa seca que había en el canasto, pues sabía que padre e hijo no lo harían.

—¿Volvieron a romper la cama? No creo que mi padre tenga problema en comprar otra, pero el tuyo... El tuyo querrá volver a matar a Naruto— sonrió triunfante.

—¿Por qué insinuas que lo hicimos?— giró a verle.

—¿Romper la cama? Recuerda que ese día...

—No, no, no— se apresuró a decir, tratando de borrar aquel recuerdo—. Sexo. ¿Por qué insinuas que tuvimos sexo?

—Fui tapadera de Naruto durante mucho tiempo de su relación de conejos calientes, los conozco— el Uchiha le seguía viendo, esperando a que continuará—. Y bueno, las marcas de uñas y dientes en la espalda de mi hermano, dejan poco que pensar— Sasuke volvió su vista a la ropa—. Salvajes— exclamó con burla.

—Mierda— murmuró.

—Y habían muchas marcas que aún se notaban rojas, así que no permitiré que mi inocente sobrino entre a ese baño hasta que alguien venga limpiarlo.

—Esta limpio— siguió su tarea.

—Traeré a alguien para que lo desinfecte cuidadosamente, para que quite de toda pared, puerta, lavabo, inodoro y espejo cada rastro de... Ustedes— hizo una mueca de desagrado—. Y volviendo al otro tema, cada vez que ustedes terminan de hacer eso, tú pareces menos estresado y con menos ganas de odiar a la vida. Y Naruto parece más idiotizado de lo normal. Y todo el día andan destilando amor... ¡Y sexo!— siguió burlándose—. Si siguen así, terminarán traumando al pequeño Menma.

—No hicimos tanto ruido.

—¿Ves como sí tenía razón?— sonrió orgulloso, ganándose una mala mirada por parte del azabache—. Saso me debe dinero.

—Eres insoportable. No puedo creer que apostarás con Sasori sobre esto— pasó sus manos por su rostro.

—No quiero detalles, me dan asco.

—No te da asco cuando haces eso con Sasori.

—Es diferente— se quedó en silencio, viendo al Uchiha detenidamente—. ¿Por qué los Uchiha serán tan hermosos?

—¿De qué carajos hablas?— rió un poco, siguiendo con su tarea.

—En serio. Ustedes son hermosos. Itachi, Shisui, Menma, tu madre, tú, hasta tu padre tiene su encanto, Izuna... Hasta Obito, y mira que el me desagrada— recargó su cabeza en el respaldo del sofá, recostandose.

—No creo que Obito te robe a tu novio— sacó el comentario, tratando de distraer al mayor.

—Sé que no, pero ese no es el tema— no lo logró—. Menma será aún más hermoso cuando crezca. Tiene genes Uchiha, Uzumaki y Namikase, robara corazones. No sé si el mundo esté listo para tal presencia— Sasuke sonrió, aguantando la risa—. Sus hermanos también lo serán— el azabache detuvo su tarea, aún con la pieza de ropa entre sus manos.

Los días de nuestra felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora