~Jessia~
Hoy el día parecía sentirse como yo, el cielo gris, el viento soplaba furioso haciendo que los árboles vayan de acá para allá, hacía frío, un hermoso frío de invierno. Solo faltaba que llueva, pero de eso me encargaba yo.
Las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos como si fuera que un pedazo de mi alma se escapaba en cada una de ellas.
Suspiré una vez más y me aferre a mi misma con el brazo que tenía libre, llevaba puesta su campera, su favorita, esa de jean gastado y bastante grande, tipo hippie vintage, como le gustaba vestirse cuando estaba en vida.
Tengo que admitir que tenía un estilo bastante peculiar, pero que voy a decir, todo lo que se ponía le quedaba bien, era una hermosa mujer, me madrina me contaba que a mí padre siempre le decían de donde había sacado semejante mujer, cual fue el truco que uso para que esté con él, realmente era hermosa.
Y hoy nadie sabe lo que me llena el alma que me digan que soy muy parecida a ella, para mí siempre fue ese ejemplo a seguir, la veía vestirse o acomodarse el pelo y pensaba que cuando sea grande quería ser así, como ella.
No sé si lo logre o si en algún momento lo lograré, solo se que sus valores más allá de lo físico, están tan marcados en mí.
Mi madre tenía un corazón tan puro, cero maldad, era genuina, honesta, leal y muy comprensiva, era de esas personas que se encargaban de ser la unión del grupo, porque no dejaba a nadie afuera y le salía natural hacer sentir cómodo a cualquiera.
Hoy que lo pienso, fue por eso que aguanto hasta donde pudo la vida que llevaba con mi padre, ella lo amo muchísimo, siempre actuó a su comodidad dejando de lado sus deseos, siempre dejaba de lado su persona por él, por mí.
No importaba que ella por dentro se sintiera mal, o que alguna situación le disguste, siempre ponía la otra mejilla, su mejor sonrisa y continuaba con el día como si nada
Mierda que fue una mujer tan fuerte, pero todos tenemos un límite, hasta la persona más fuerte, la que está ahí para todos sin importar nada, esa también necesita desplomarse, una mano que la sostenga cuando se caiga, ahí tendría que haber estado mi padre y yo.
Hoy después de cinco años de su muerte aún me pregunto si podría haber hecho algo más, si ese día hubiese faltado al colegio, o si la noche anterior la hubiese defendido del monstruo que mi padre se convertía cuando llegaba de trabajar, si le hubiese sostenido la mano con más fuerza, o mejor dicho, si tan solo yo no existiera, ella estaría acá seguramente.
Unos días antes de su muerte, recuerdo que yo tenía doce años, sí, doce años cuando ella decidió acabar con su vida.
Había escuchado como discutían a los gritos en su pieza, me senté en el piso abajo de la ventana, con las rodillas en mi pechos y las manos en mis oídos, me concentre en mirar el cielo y contar las estrellas que podía ver desde ahí, eso me enseñó ella, que cuando me sienta nerviosa o solo abrumada por algo, que cuente estrellas, que me llene la mirada de ellas, que me pierda en lo hermoso que es el cielo adornado con esas lucesitas, sin saber que hoy después de tanto tiempo iba a estar mirando el cielo contando las estrellas pensando que una de ellas sería mi madre, por ahí en su interior me estaba preparando para lo que se venía.
Esa noche recuerdo como mi padre gritaba que ya habían cometido un error, que estaba en la otra pieza, que ese era el motivo por lo cual sus vidas se habían roto, que no iba a soportar que vuelva a pasar, junto a esos gritos escuchaba los sollozos ahogados de mi madre diciéndole que nunca en la vida tomaría un hijo como error, que ella sabía que en el fondo él pensaba lo mismo pero que el rencor egoísta no lo dejaba pensar con claridad y que estaba decidida como hace doce años atrás, a que la decisión era la misma.
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Mañana será otro día ~ Trueno
Fiksi RemajaCuando sientas que la vida te ignora, llora, pero valora mientras sonrías, Alguien decía que no siempre lloverá, en cambio siempre, mañana será otro día..