Mañana será otro día ~ Trueno

~09~

Desde donde estoy parada podía ver el comportamiento de cada uno de los presentes en este lugar.

Por un lado estaba Pedro, padre de Mateo junto a Luis y otro chico que no recuerdo su nombre, es que son muchos los que trabajan acá, hablaban animadamente entre risas.

Xime sentada a pocos metros míos hablando con las chicas de maquillaje, Mateo y su novia que después de tanto tiempo descubrí que se llama Maira, se encontraban sentados, él la abrazaba por los hombros y ella miraba a todos con cara de querer estar en cualquier otro lugar, menos ahí.

Gabi andaba dando vueltas con otra chica, Sofía, también fotógrafa de neuen, los dos capturaban momentos que seguramente se iban a ver increíbles después.

Hoy es el cumpleaños de uno de los productores musicales de acá y nos invitaron a todos a una tipo juntada de celebración.

Junto a Xime y mi madrina le habíamos inventado una historia bastante creíble a mi padre para que dejara que acudiera hoy, ya que la última vez que llegue de noche se había enojado bastante y a toda costa quería evitar esa situación.

Es sábado, había pasado una semana de eso y sinceramente había quedado atrás como cada cosa que me sucedía, aprendí a dejar todo atrás, lo escondía en un lugar donde no me dejaba recordar lo mal que me hacía sentir.

—parece que la nena no la está pasando tan bien—la voz de Gabi me saco de cualquier pensamiento negativo

—solo tengo un poco de sueño, estos días me quedé hasta tarde estudiando y sumando que me despierto todos los días a las seis de la mañana—hice una mueca con la boca

—findes también? Estás loca, hay que descansar para que la mente pueda trabajar bien si querés estudiar—contesta llevándose la lata de cerveza a la boca

—los findes no, siempre estoy de Xime así que me doy el lujo de dormir hasta medianamente tarde—hago una seña con la mano y sonrío

—queres?—pregunto ofreciéndome la lata, ignorando lo que acabo de responder

—no, no me gusta el alcohol, con mi gaseosa estoy bien—dije mostrándole el vaso con Coca cola que tenía en mi mano

—la cerveza es exquisita, tendrías aunque sea mojarte los labios y probar—negue, no tengo buenos recuerdos del alcohol gracias a un padre que ahoga en el cada día de mi vida

—paso, gracias—conteste negando con la cabeza

—no podés saber si no te gusta en realidad sí nunca probaste—insistio y volví a negar

—bueno hoy no será el día que pruebe—sonreí a penas—voy al baño—avise y caminé hasta la mesa a dejar el vaso y continúe al baño

Entre y me apoye sobre la puerta, no quería hacer nada, solo quería esconderme de las insistencias de Gabi ya que no es la primera vez que lo hace.

El tema del alcohol es algo que me choca y Gabi no tiene la culpa, nadie la tiene, son cosas mías que nadie tiene porqué saber, pero me aturden.

Unos golpes me asustaron, vivía con esa reacción a cualquier sonido que sobresalga de lo normal.

—ocupado—dije tratando de sonar calmada

—perdón—escuche la voz gruesa de Mateo del otro lado.

Me lave la cara, me seque y miré en el espejo corroborando que no haya señales de que por dentro estaba destrozada, suspiré y abrí la puerta regalándole la mejor sonrisa forzada que podía dar, él hizo lo mismo, me sonrío pero a diferencia mía, su sonrisa fue genuina.