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~Jessia~

—segura que no se nota nada?—pregunte por décima vez mirándome en el espejo retrovisor

—no yeyi, no se nota nada de nada—contesto Xime

Suspiré y me acomode en el asiento, hoy después de cinco días volvía a trabajar, el hematoma en el ojo aún se notaba pero ya casi desaparecía, así que mi amiga me ayudó a maquillarme y poder taparlo, según ella no se nota nada.

Estaba contenta, necesitaba salir de casa, extrañaba estar en Neuen, a Gabi, a Mateo, poder rodearme de gente que me hace bien.

En casa las cosas están muy tranquilas y eso me genera algo raro ya que nunca están tranquilas las cosas, pero mientras tanto lo disfruto y mi cuerpo descansa de los golpes.

Estos días estuve hablando muchísimo con Mateo por whatsapp, al igual que con Gabi, él dice que piense mucho lo que hablamos aquella vez sobre Mateo, porque obvio le conté que ahora tenía su número, es mi amigo así que confío en él como para contarle esas cosas.

Pero para mí está equivocado, no creo que Mateo tenga otras intenciones conmigo, es más sube muchas historias junto a la novia, por lo que vi están un poco mejor.

Llegamos, antes de entrar vi como Xime me miraba con una enorme sonrisa, está contenta que al fin salga de casa y más porque le conté que hace cinco días Mario no me puso un dedo encima.

Lo primero que veo es la sonrisa de Gabi que está sentado en uno de los sillones del salón principal.

—hola nena—sonrío abrazándome

—hola Gabi, como estás tanto tiempo?—conteste en el abrazo, me resultó reconfortante

—bien, vos cómo estás? Cómo te sentís?—se separó para mirarme a los ojos, para  todos acá yo estuve enferma

—mucho mejor por suerte—respire aliviada

—yeyi a laburar—dijo Xime y me hizo seña con la cabeza para que la persiga

—mas tarde seguimos—le dije a Gabi que me regaló una sonrisa.

Caminé persiguiendo a mi amiga, hoy nos tocaba vestir a Mateo para unas fotos que serían para varios flyers. Eso me ponía contenta porque significa que lo voy a ver.

Nos pusimos a ordenar con mi amiga y una vez que todo estuvo listó, ella se fue a arreglar unos temas con Luis, yo me acerque a la ventana a mirar el cielo, hoy había un sol terrible y se sentía un poco el calor raro de invierno.

Escucho unos pasos atrás mío pensando que es Xime me doy vuelta y me encuentro a Mateo mirándome con una enorme sonrisa.

—Palacios—dije sonríendo

No obtuve respuesta de su parte, solo camino unos pasos hasta acercarse a mí y seguido sentí como sus brazos me envolvían. Me quedé paralizada nunca me había abrazado más que el día que tuve el ataque, pero era necesario en ese momento, hoy, ahora no lo era y ahí estaba él brindándome un abrazo tan especial para mí.

Mis brazos tardaron en reaccionar, subieron a su espalda en cámara lenta al igual que mis ojos se cerraron con lentitud.

Escuché como suspiraba y apoyaba su mentón en mi cabeza, mi oído derecho esta contra su pecho y podía escuchar con claridad el bombeo de su corazón.

Me relaje por completo como si fuera Mateo la dosis justa que necesito de paz, segundos que fueron eternos para mí, reino el silencio, hasta que escuche su voz ronca retumbar en su pecho.

—hola peque—dijo y sonreí

—hola Palacios—sentí como de a poco nos fuimos separando—te dije que no me extrañes mucho—hable en forma de chiste y vi como se reía

Mañana será otro día ~ TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora