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—Mateo está acá—la escuché gritar

—Xime—dije y me largué a llorar, caí en sus brazos que me sostuvieron con fuerza.

—sh ya está, ya estoy acá—dijo acariciando mi espalda—vení, párate—me ayudo a pararme mientras yo no me podía mantener.

Sentí otros brazos que me sostenían, quise levantar la cabeza para ver si esto es real, si es Mateo y Ximena o todavía estaba bajo los efectos de lo que sea que me haya dado Gabriel.

Quería modular pero solo balbuceaba, escuche el llanto de Xime y al fin su voz, la voz de Mateo.

—no llores ey, va a estar bien, te lo prometo—el corazón aún me latía a mil.

—que tiene? Porque está así?—repetía mi amiga

—Xime mira la calle, va a estar bien, solo, solo va a estar bien—hablo Mateo.

Miré donde estaba, no sé en que momento llegamos al auto de mi amiga, no entendía porque mi mente no deja de trabajar como si fuera que estoy en perfecto estado mientras mi cuerpo no responde.

Me desvanecía, por momentos no sabía dónde estaba, hasta que escuche otro llanto, uno familiar, sentí presión en el pecho, angustia.

—no, mi hija, que le hicieron?—mi madrina me abrazó

—hay que bañarla Xime, que tome agua, mucha agua, está muy caliente—hablo Mateo que me corría el pelo de la cara.

Sentí como enseguida me llevaron al baño, sin darme cuenta el agua fría choco mi cuerpo y sentí placer, en verdad estaba ardiendo, muy transpirada, necesitaba esto.

Podía ver a todos, por momentos la imagen se iba, mi cerebro está consciente, mi cuerpo no, era como dos reacciones totalmente opuestas chocando en mi, se sentía horrible.

Cuando abrí los ojos nuevamente ya estaba en mi cama, con mi amiga sentada a mi lado junto a mi madrina y Mateo en la cama de Jessia.

—ma—logre decir

—acá estoy mi amor, acá estoy—contesto Lupe sosteniendo mi mano con fuerza

—que tome agua—dijo Mateo, estaba enojado? Parecía y no me gustaba eso.

Lleve la mirada a él, los párpados me pesaban, solo me miro fijo, su mirada era triste, como esa mirada que tenía cuando peleaba con Maira y me sentí mal, no me gusta verlo así.

No sé cuántas veces me hicieron tomar agua, hasta que apareció mi tío con comida, no lo había visto a él y sonreí o eso quise, me miro con preocupación.

—come yeyi, te va hacer bien—dijo Xime que hasta ahora no había soltado ni una palabra.

Le hice caso, y bajo la atenta mirada de todos, empecé a comer, me costaba coordinar mis extremidades.

Vi como Mateo me miro y después apoyo sus codos en las rodillas, bajo la cabeza apoyándola en sus manos y segundos después se levantó enojado saliendo de la pieza.

Me sentí realmente mal, no quería que este así, y menos por mi culpa, no lo veo hace tanto tiempo y ahora me tiene no solo que ir a salvar de alguien del cual el me advirtió mucho, sino que también me tiene que ver en este estado.

~~~

Abrí los ojos sintiendo un terrible dolor de cabeza, lleve la mano hacia la frente y me froté, me senté en la cama, me levanté y fui al baño.

Estaba aturdida, me dolía todo el cuerpo, la cabeza más, hice todo lo que necesitaba y al salir me encuentro en el comedor a mi madrina, Xime y Mateo, sentí vergüenza, esa angustia en el pecho nuevamente me ahogaba.

Mañana será otro día ~ TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora