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~Mateo~

—viejo yo me quedó, anda tranquilo—le avisé

—vas de Maira?—pregunto

—no—dije y vi a Jessi salir por el pasillo, mi viejo siguió mi mirada y escuche cómo suspiró

—no hagas cagadas hijo, hace las cosas bien—me dijo

—no voy hacer nada, ya se como son las cosas y se lo que tengo que hacer y cómo manejarme—lo miré de costado

—bueno, me voy para casa, cuídate—me saludo con la mano y lo vi alejarse de mí, me acerque a Jessi y le sonreí.

—y? Todo bien? Vamos o no?—pregunte impaciente rogando que sea un si

—vamos, pero tengo que llegar antes de las nueve a la casa de Xime—sonreí porque me parece tan inocente que me da ternura.

Miro la hora en mi celular, son las seis, tenemos tres horas y para mí está perfecto.

—me parece perfecto, tres horitas alcanzan—le sonrío, bajé la mirada a mí celular para pedir el Uber.

—nos vemos nena, pasala lindo—escuche la voz de Gabriel, fruncí el ceño y los miré, él la saludo y pasó por mi costado.

Iba a preguntar pero preferí no hacerlo, lo único que ahora me interesa es que Jessi logré sentirse un poco mejor.

Haberla visto como lloraba de esa manera por algo no tan importante, o no para mí ya que claramente algo bastante grande hay detrás.

Tengo que admitir que me encantó sentir como se calma cuando está conmigo, lo mismo pasa en sus ataques, sentí una sensación rara en el pecho cuando Gabriel me fue a buscar diciendo que Jessi se sentía mal y quería que yo vaya.

Cuando la abrace estaba tan tensa y sentir como de a poco se fue relajando y respirando mejor junto conmigo, es algo raro, es lindo saber que tenés la facilidad de calmar a alguien y más si esa persona te importa así como me importa la peque.

—vamos—le dije y caminamos hasta la salida, el auto ya estaba ahí así que subimos y nos dirigimos al lugar que la quería llevar.

Se perfectamente que le va a gustar, me encargue de traer el equipo de mate de Neuen, no sabía si le gustaba o no, así que traje también una taza y algunos saquitos de té y mate cocido, por ahí prefería eso.

No era una cafetería como la otra vez, esto era distinto y la primera vez que lo hacía, al fin íbamos a estar tranquilos.

Llegamos a una avenida, el auto doblo en una de las esquinas y se metió por una calle no tan transitada, vi por el celular que ya faltaba poco.

Este lugar lo descubrí una vez andando en bici, estaba solo y no sabía dónde ir, una de las tantas veces que me sentía perdido, solo, en ese momento era muy reciente la pelea que habíamos tenido con Gabriel.

Pague al chófer y bajamos, Jessi miraba todo sin entender a donde íbamos, cruzamos la enorme avenida, doble en la esquina que seguía, el Uber no podría haber venido por acá ya que es contra mano, hicimos dos cuadras y ahí estaba, esa plaza o parque chico pero hermoso, para llegar a la parte de pasto tenías que subir unas escaleras.

Recuerdo que mi papá me había dicho que no había descubierto nada del otro mundo, me dijo el nombre pero no lo recuerdo.

Le hice señas que me siga, subimos por las escaleras y sonreí al ver que no había mucha gente, como siempre, caminé hasta el pasto y la miré sonríendo.

—y te gusta?—pregunte

—sí, es hermoso el lugar, no sabía de su existencia, va en si no salgo mucho—dijo mirando todo el lugar.

Mañana será otro día ~ TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora