~11~

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~Jessia~

Aún seguía parada en frente al espejo mirando mis brazos, pase la punta de mis dedos sobre los hematomas que adornaban mis dos brazos, mi tez blanca hacía que resalten más.

Corrí la mirada a mí cara y vi como las lágrimas rodaban por mis mejillas, las ojeras de no haber dormido hace dos noches eran muy notables, y ni hablar de lo hinchados que estaban mis ojos a causa de llorar cada vez que me acordaba lo que pasó.

Aún sentía sus manos apretándome los brazos, sus gritos retumbaban en mi mente.

—te dije que no descuides el colegio, ves que no servís para nada, sos una inútil, no podés hacer más de una cosa a la vez, no te da la cabeza inservible que tenés—me gritaba en la cara mientras apretaba cada vez más mi brazo—no vas a ir más—grito soltandome de golpe

—no pa, por favor, tiene que haber un error, yo..yo..—el llanto me impedía hablar, sentía como el dolor desgarraba cada parte de mí

—error de que? Vos sos el error, sos el peor error de mi vida—me grito con odio mirándome a los ojos, sentí como me rompía el alma de a poco.

No podía hablar, quería desaparecer, deseaba con todo de mí, dejar de existir, quería dormirme y ya no despertar más, no aguantaba más tanto dolor.

—deja de llorar—grito acercándose a mí, me hice chiquita arrinconada a la pared, cerré los ojos con fuerza sabiendo que aún no terminaba está pesadilla—no te quiero escuchar—sentí como pego una piña a la pared al lado mío, salte del susto llevando las manos a la cabeza tratando de así cubrirme de sus golpes—desaparece de mi vista hija de puta, borrate de acá—grito tan cerca mío que el olor a alcohol me volvió a impactar—andate y no quiero escuchar ni que respires, despedite de ese trabajo de mierda porque no vas a ir más, me escuchaste, no vas a ir más a ningún lado, de acá al colegio y del colegio acá—gritaba mientras sentí que se alejaba.

Aún así no me podía incorporar, tenía miedo que vuelva, tenía miedo de lo que pudiese hacerme, el corazón a mil, el dolor en mis brazos no se comparaba con el dolor que sentía en el alma.

Que tu propio padre te diga que sos el peor error de su vida, es un dolor inexplicable, sumando las barbaridades que me dijo esa noche.

Ayer me habían dado la nota del examen de historia, no se por qué razón había un seis como nota en mi cuaderno y sin rastro del examen, mi profesora había faltado y la secretaria de la dirección fue la encargada de poner las notas en los cuadernos de todos.

Al ver ese seis sabía los problemas que me traería, averigüe si realmente esa era mi nota y la señora secretaria me dijo que esas eran las notas que mi profesora le había dejado.

Estaba segura que esa no era mi nota, que fue un error, había estudiado mucho y me sabía el tema de memoria, a la hora de hacer el examen se me hizo muy fácil, sabía cada respuesta, se me hacía imposible que desapruebe.

Al llegar mi padre esa noche, temblaba por su reacción, sabía que me iba a pedir el cuaderno como hacía siempre que sabía que tenía examen, como dije el tema del colegio era lo único que le daba importancia sobre mí.

Así que cuando llegó eso hizo, le di el cuaderno, sería un error ocultarle la nota o mentirle, eso iba a ser peor, así que cuando vio el seis se transformó y paso a ser mi pesadilla.

Cuando todo eso acabó le hable a Xime que era la única con la que hablaba libremente sobre este tema.

Estuvo consolandome a través de WhatsApp toda la noche, quiso venir a buscarme pero eso sería avivar el enojo de mi padre así que solo fueron msjs porque hasta hablar me daba miedo, pensar que me escuchaba y eso le molestaría, no quería hacerlo.

Ahora me encontraba con miedo de salir de la pieza, era hora de ir al colegio, y él estaba desayunando, no quería verlo, me daba terror enfrentarlo después de lo de ayer.

Tome coraje y abrí la puerta ya con la mochila en mis hombros, no pude mirarlo, solo caminé rápido por atrás de él y cuando llegue a la puerta lo escuché hablar e hizo que me paralizará.

—del colegio te venís directo acá me escuchaste—hablo frío como siempre

—sí—conteste sin mirarlo

Y cuando no obtuve respuesta de su parte, salí. Caminé al colegio con la cabeza a mil, sintiendo el sol que me pegaba de frente, había un poco de viento pero era un lindo día que para el medio día estaría bien llevar solo una remera aunque estemos en otoño, el verano parecía no querer irse y odiaba tener que estar con campera con lo mucho que me gusta el calor, pero era necesario para cubrir las marcas que tenía en mis brazos.

Una bocina que conocía muy bien me saco de mis pensamientos, sonreí con un poco de tristeza cuando vi la cara de preocupación de mi amiga que freno a mi lado y bajo del coche a estrecharme entre sus brazos.

No aguanté ni un segundo y solté el llanto, ahí me sentía segura, con ella me sentía a salvo, en calma.

—yeyi—susurro

—ay perdón—dije limpiando mis lágrimas separandome de ella

—ye—dijo seria, acostumbrada a pedir perdón por cada cosa que hacía—vamos que te llevó, vamos a averiguar qué pasó con ese examen, tranquila que lo vamos a solucionar—hablo abrazandome de los hombros y me dirigió hasta el auto.

Xime siempre hacía todo para ayudarme, siempre estaba ahí para mí sin importar nada y no sabía cómo agradecerle, si no fuera por ella y Lupe yo seguiría el camino de mi madre y ya hace tiempo no estaría en vida.

En silencio llegamos al colegio, mi amiga me conoce, sabe que si no sale de mi hablar cuando pasan estas cosas, no tiene que insistir.

Caminamos hasta la dirección y Xime habló por mí, pidiendo hablar con la secretaria o la profe de historia.

En silencio me quedé a su lado, tras hablar con la secretaria no conseguimos más respuesta de la que ya me había dado ayer, pidió el examen y dijeron que no estaba, que lo tendría la profesora de historia, así que Xime dijo bastante enojada ya por la situación, que iba a volver.

—la voy a matar te juro—me habló una ves que salimos de dirección

—ya está Xime, gracias por venir—dije sonriendo a penas

—ya está nada, mañana voy a volver a venir, le voy a decir a mamá que venga, esa nota está mal y estás bancado las consecuencias de su mala organización—hablo enojada—te está costado el trabajo el poco interés que ponen a sus alumnos—volcio a hablar más enojada aún.

—tengo que ir a clases—dije intentando calmar su enojó

—yo al laburo, tengo que retirar unas remeras para Mateo, buscar ropa para la tintorería—suspiro y volvió a hablar—mañana te paso a buscar así vuelvo a hablar con estas personas—apunto a la dirección, solo asentí—llamame cualquier cosa, cuídate yeyi—me abrazo, no quería que se vaya, pero tenía clases y ella trabajó

—gracias amiga, cuídate también—me separé.

Suspiré dándole la espalda y entre a mi salón donde tenía pensado pasar las cuatro casi cinco horas, porque no tenía ganas de salir al recreo ni de hablar con nadie.

Me sentía tristes, enojada, sin ganas, estaba vacía, el dolor en mi interior me consumía, y mi cara me delataba que todo estaba tan mal en mi vida, necesitaba de mi madre, de sus palabras de aliento, de sus abrazos, sus caricias, que me diga que todo iba a estar bien, que solo era un mal momento que ya iba a pasar.

Pero ella no estaba y ya no iba a estar nunca, me encontraba sola luchando con el monstruo que se había convertido mi padre.

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Buenas y santas!!
Tranqui flor, actualiza cuando te pinte 🙄

Un poquito fuerte el de hoy 🥺 Jessia vení que te abrazo ❤️

Mañana será otro día ~ TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora