~60~ ~Final~

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~Jessia~

Estaba ansiosa esperando a Mateo y por otro lado sentía angustia, tenía un viaje, una gira que duraría tres meses, sí, por tres meses no lo iba a ver, aunque existe la tecnología, pero no es lo mismo.

Desde que lo conocí en Neuen que lo veo siempre y ahora no verlo por tres meses me ponía triste la verdad.

Aparte de que estaba muy raro, desde navidad que no nos vemos, lo vi por última vez el veinticinco a la mañana, donde después de estar toda la noche en el techo de los baños del parque, hablando de todo y nada, besándonos cada tanto, abrazados observando el cielo y contemplando un hermoso amanecer, me acompañó a mi casa y se fue a la suya.

Hoy es treinta, mañana es año nuevo y me dijo que ya no lo pasaría acá porque viaja hoy a la madrugada.

Me había invitado a nuestro lugar para poder hablar, dijo que es algo importante que quiere decirme antes de irse, algo que no me dejaba tranquila pero opté por no decir nada ni darle mucha importancia a su cambio repentino hacia para conmigo estos días.

Por ahí está mal por algo que no estoy enterada y es eso que lo tiene así y hoy me lo iba a contar, la verdad no sé y me pone muy nerviosa, solo espero que esté todo bien.

Mi celular sonó, un mensaje de él diciendo que salga, así que agarre mi mochila y salí, me encontré con un auto donde se lo veía sentado en los asientos traseros, sonreí y me subí.

—hola, Palacios—dije nerviosa porque no sabía cómo saludarlo, me acerque y sus manos enseguida se posaron en mis mejillas para así poder dejar un beso en mi frente, me resultó extraño

—hola peque, todo bien?—pregunto, me acomode en mi lugar sintiendo algo raro en mí pecho.

Vieron cuando intuyen que algo no anda bien, así me estaba pasando ahora mismo y el miedo se apoderaba de mí.

—sí, vos?—pregunte

—sí, todo piola—contesto

En silencio fuimos todo el viaje hasta llegar, Mateo pago el remís y bajamos, caminamos hasta los baños, es tarde, ya está oscureciendo así que no había mucha gente dando vuelta. Nos subimos y como siempre nos acomodamos uno al lado del otro.

—y bueno, que me tenés que contar? Estás nervioso por el viaje?—pregunte sonríendo mirándolo

—no, ya me acostumbré a viajar de acá para allá—suspiro bajando la cabeza

—que pasa?—pregunte al verlo tan nervioso

—te quiero contar mi pasado, mi historia con Gabriel—y al escuchar ese nombre la piel se me erizó, desde lo que pasó no habíamos tocado más el tema, no se si era mi mecanismo para tratar de olvidar ese momento.

—ahora? Antes de irte tres meses a otro país?—pregunte, no quería pasar el último día con él hablando de algo que nos hacía mal o nos hizo mal a los dos.

—sí, lo necesito hacer ahora, quiero que entiendas todo—fruncí el ceño sin entender, pero no dije nada.

—bueno—conteste

—lo conocí en el club del barrio, jugábamos a la pelota, él en otra categoría porque es más grande, pero aún así pegamos una re amistad, siempre después de cada partido nos quedábamos boludeando juntos, en ese momento todo estaba bien, éramos wachines, hacíamos cosas de pendejos, pero empezamos a crecer, él en ese momento tenía más calle que yo, siempre me decía que era un nene de papá, que me tenía que curtir sino el barrio me iba a comer vivo, sabía que era así, las calles del barrio no son muy lindas que digamos y yo era pendejo, me metía en bardo con pibes de otro clubes, pero ahí estaba Gabriel poniendo la cara por mí, me defendía de cualquiera, muchas veces nos cagaron a piñas por mi culpa y aunque lo metía en bardo, nunca me dejo morir.

Mañana será otro día ~ TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora