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- Noviembre de 1982 -


- Barty lleva semanas enfermo - murmuró el ruso observando de reojo el montón de harapos, cabello desmarañado y extremidades delgadas y agarrotadas que se amontonaba en un oscuro rincón de su celda; por un instante se sintió responsable del estado del pobre mago... era demasiado joven, mimado y débil para Azkaban; sí, lo había sopesado por un instante antes de sugerirle ese nombre a Igor y no encontró otra opción... sabía que el apellido de alguien cercano al Ministerio proporcionaría amnistía a quien lo mencionara y ciertamente era la única forma de dejar a alguien de confianza fuera.

Alguien que pudiera restablecer las cosas, inclusive el regreso del Lord si es que existía alguna posibilidad.
A decir verdad, no estaba de acuerdo con muchas cosas que Tom pregonaba, pero creía en lo suficiente para estar seguro que el único camino para conservar ese regalo o esa maldición de ser magos y brujas, estaba íntimamente relacionado con la sangre.

Había indicios, era evidente observacionalmente; la cruza, el mestizaje, elevaba las probabilidades de un Squib o un no mago, lo que de alguna manera y si se sostenía en el tiempo, terminaría borrando la magia del mundo.
Familias Sangre Pura, como los Prewett, daban niños pelirrojos y magos o brujas, no había no magos en ese linaje... tampoco en la línea de los Malfoy o los Bulstrode, ni hablar los Crouch o los Nott, mucho menos los Rosier o mismo los Black.

Los Sagrados Veintiocho, se casaban entre ellos para mantener esa magia arraigada al mundo.

Pero como en todas las familias, aquellos secretos vergonzosos se ocultaban bien y se desterraba al responsable: pasaba hasta en las mejores familias... e inclusive hasta había sido tantos años atrás, que resultaba difícil confiar en la pureza de sangre, porque muchos lo olvidaban... olvidaban que un tío de un abuelo, había tenido una aventura con una muggle, o que aquella tía lejana a la que nunca veías y que todos hacían de cuenta que no existía, tenía una hija Squib porque se había involucrado con un muggle que luego la abandonó.

Los Dolohov se vanagloriaban de su pureza, pero no era un secreto que entre ellos hubo un no mago con una triste vida y un triste final.

- Si, está hecho una mierda... - el suave susurro de Sirius provocó que Antonin lo observara con curiosidad - Escuché a mi prima diciendo que los Señores Crouch vienen a verlo más seguido; la señora está gravemente enferma, ha perdido mucho pelo... verdaderamente es una tragedia lo que hizo ese ruso al dar su nombre ¿Fue profesor tuyo en Durmstrang, no? - agregó sin despegar sus ojos grises del gesto adusto del ruso - El único hijo...

- Para, sé lo que estás queriendo insinuar - lo interrumpió Antonin con una ceja elevada mientras Sirius sonreía de costado - Realmente es difícil la convivencia contigo, Black - murmuró frunciendo su ceño - Me provocas sentimientos encontrados y últimamente tengo el deseo de sentir mi puño estrellándose en tu cara...

Sirius largó una risa y se encogió de hombros, para luego arremolinar su largo cabello color chocolate, enganchando sus uñas crecidas y quebradizas en algunas hebras de su sucio pelo.

- Mientras despierte esos sentimientos en tí y no otros... - silbó con falsa galantería ganándose que el ruso lo mirara con un gesto de advertencia, entrecerrando sus negros ojos - Anda, Antonin... te cargas esa cara de cabrón pero en el fondo eres más blando que un gusarajo y más meloso que cualquier editora de Corazón de Bruja.

El ruso largó un resoplido y medio sonrió ante la ocurrencia.

- No te hagas ilusiones, Black - largó con ironía - No tengo ningún interés particular en follar contigo por si en algún momento te lo planteaste - agregó frunciendo un poco su ceño.Black elevó sus cejas y apretó sus labios uno contra otro.

- Tu te lo pierdes - largó finalmente haciendo que el ruso riera, para girarse en su lugar, apoyándose en la fría piedra de la celda compartida y observar el montón de harapos y mugre que era Barty - En Hogwarts cualquiera hubiese dado lo que fuera por acostarse conmigo... - murmuró más para sí que para Antonin.

Dolohov lo observó detenidamente y luego suspiró, mientras con sus sucios pies barría el polvoriento suelo.

- Ya no es Hogwarts... - contestó en un susurro - Y nadie dará nunca más ni un knut por nosotros, Black - largó mientras recargaba el peso de su delgado cuerpo contra los barrotes de la celda, de cara a Sirius y la pequeña ventana por donde la débil luz del ocaso invernal se colaba en un haz dorado moteado de polvo.

El ojigris bajó su mirada y observó sus sucios pies.

- ¿De verdad crees que estaremos pudriéndonos aquí dentro por toda la eternidad? - preguntó Black un poco intentando sonar irónico y otro poco no pudiendo evitar sonar algo desesperanzado - Quiero decir... tú bien merecido te lo tienes... ¿pero yo? ¡Yo no lo hice! ¡No he matado ni una puta mosca, jamás!.

Antonin lo observó detenidamente con sus penetrantes ojos negros y largó un suspiro.

- No me importa lo que hayas o no hayas hecho, Black... - murmuró el ruso notando cierta agitación entre los Dementores que se encontraban por el corredor más alejado - pero intenta mantenerte neutral en cuanto a tus emociones, lo más apático que puedas... - agregó en voz baja procurando que ni Augustus ni los Lestrange lo escucharan.

Sirius chasqueó la lengua y agitó su cabello.

- Por Merlín, Dolohov... - comenzó a decir con cierta molestia - Tú sabías que el hijo de puta de Peter era un mortífago, no hay forma que no lo supieras.

Antonin enarcó una ceja y torció su rostro.

- ¿Peter? ¿Peter Pettigrew? - preguntó con incredulidad - ¿El pobre enano tonto que siempre vivió a la sombra tuya y de Potter? - agregó sorprendido - Ni de coña lo hubiese imaginado.

Nacido en el año del CerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora