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- 1971 -


Severus no dejaba de frotar sus manos para luego apretar sus dedos en el asa de su baúl, visiblemente nervioso; hacía tan sólo unos cuantos minutos habían llegado a la estación de Hogsmeade en mitad de la noche, donde un hombre enorme los estaba esperando para indicarles cómo debían acomodarse en cada bote, los cuales mediante magia, cruzaban las oscuras y quietas aguas del lago; el castillo de Hogwarts se visibilizaba recortado en el horizonte, como un gigante petrificado a través de los tiempos.

Por azar del destino Sirius sin quererlo tropezó con dos muchachos antes de embarcar, haciendo que se separara de su lado al ofrecer su ayuda a esos chicos.

Severus compartió su bote con Lily, Remus, dos mellizas de cabellos rubios que parecían bastante asustadas y un chico de finas facciones y un llamativo lunar debajo de su ojo derecho.
Con tristeza notó como Sirius lo observaba desde otro bote; junto a él iban los dos chicos con los que había tropezado. El muchacho de gafas parecía ser el más bromista, haciendo que el otro que era bajito y regordete se riera a mandíbula suelta... fue entonces que pudo ver que su amigo desviaba su mirada de ojos grises para centrarla en esos chicos y comenzar a bromear junto a ellos.

- Severus... - una vocecita suave a su lado lo sacó de su repentino pesar al verse separado de su amigo; la pelirroja lo miraba con sus brillantes ojos verdes, apenas iluminados por una creciente luna.

- ¿Qué quieres? - preguntó con bastante hosquedad, intentando no sentirse intimidado por esas orbes color jade; le molestaba un poco esa mirada, porque la había visto y lo había hecho sentir humillado.

Lily largó un resoplido molesta y apoyó su mano en el hombro del chico, ganándose una remoción incómoda por parte de este.

- Sé que eres el chico que vive al final de la Calle de la Hilandera... - susurró mirando de reojo al resto de los chicos en el bote, tratando de no llamar la atención - Confía en mí, sólo quiero ser tu amiga - agregó al ver el ceño fruncido del pelinegro.

- Yo ya tengo un amigo - largó molestó el muchacho volviendo la vista hacia el bote donde se encontraba Sirius, quien les estaba compartiendo algunos de sus dulces a esos dos chicos; con molestia largó un resoplido y giró su rostro, clavándolo en el horizonte, sin mirar a la pelirroja.

- No dudo de ello - contestó la chica mirando al bote y riendo divertida al ver que el chico de gafas escupía al agua y gritaba "¡cera de oído!" haciendo que los otros chicos estallaran en carcajadas - Comprendo que no quieras hablar conmigo... yo sólo soy una chica con suerte, que nació en una familia sin magia - agregó mientras tragaba un poco de saliva y bajaba su mirada - Creí que... nos podíamos llevar bien, ya que tu padre es un Muggle, como los míos - susurró volviendo a clavar sus ojos en esas vacías orbes negras.

Severus se giró con bronca, encaramándose directamente al rostro de la chica, mientras su ceño se fruncía realmente molesto.

- No vuelvas a mencionar eso... - le dijo entre dientes haciendo que los ojos de la chica se abrieran asombrados - Soy un protegido de la Familia Black, aquella que tiene uno de los linajes más puros y antiguos del mundo mágico... mi padre no es nadie ni nada - agregó sin dejar ese tono.

Lily desvió su vista y observó lo cerca que estaban de la orilla y del castillo.

- Comprendo que no lo quieras... - susurró la chica sin mirarlo - Tan sólo quería que supieras que sé por lo que tu madre y tu han pasado... y que me pareces un chico fuerte, con el que me gustaría forjar una amistad - agregó sonriendo con suavidad, aún sin mirarlo - Sólo eso.

Nacido en el año del CerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora