⚡ 65 ⚡

454 35 1
                                    


- 1979 -


Largó un ruidoso suspiro al encontrarse frente a aquella puerta de color verde.
Los recuerdos de una noche lluviosa de verano lo asaltaron y por un momento estuvo tentado de darse media vuelta y marcharse por donde había llegado... pero... no era verano, no estaba lloviendo y aún no había anochecido.
Y Sirius estaba solo... lo supo porque antes de apoyar su mano en el llamador de la puerta, ésta se abrió, develando al guapo moreno de ojos grises al otro lado.

- Vi cuando bajaste del taxi... - murmuró con una sonrisa desde el umbral de la puerta – Te estaba esperando... sabía que vendrías.

- No te pongas tan eufórico, Black – largó Severus entre dientes mientras pasaba a un lado de Sirius – Estuve a punto de irme... - agregó sin darse vuelta mientras se sacaba su campera y la dejaba sobre el sillón.

La casa estaba practicamente igual, quizás un poco más oscura de lo que Severus recordaba... pero había el típico desorden de siempre.

- Lo interesante es que viniste – contestó Sirius acercándose al pelinegro y observándolo fijamente – No voy a preguntarte por qué, supongo que se cae de maduro... pero sí necesito saber qué tan discretos debemos ser...

- Sólo nos veremos cuando Antonin esté de viaje... - murmuró acomodando su cabello detrás de su oreja y observando los penetrantes ojos grises de Sirius – Algunos días... no siempre – agregó con rapidez – Y aquí... nunca en mi casa.

Black asintió, aceptando las claúsulas y juntó sus labios, para luego echar su larga melena de ondas chocolate hacia atrás y dirigirse en silencio hasta una mesita auxiliar para destapar una botella de whiskey de fuego.

- Entonces estaba en lo correcto y el idiota está de viaje... - susurró Sirius sirviendo la bebida en unos vasos retacones.

Snape enarcó una ceja al escuchar esa afirmación.

- ¿Qué acaso no lo sabías? – preguntó con sorpresa - Estabas muy seguro de que mi esposo se encontraba fuera...

Sirius se encogió de hombros mientras le estiraba el vaso.

- Lo deduje cuando noté tu humor de perros y tu cara de necesidad – contestó provocando que Severus lo fulminara con sus ojos negros – Si, Snivellus... se te nota cuando ardes en deseos de una buena cog-

- Me voy – lo interrumpió Snape dejando ruidosamente el vaso sobre la mesa y acercándose hacia el sillón para tomar su campera.

Sirius no pudo evitar carcajear y apurar el contenido del vaso, largando un suspiro al notar el manojo de nervios y dudas que era en ese preciso instante la serpiente.

- No te hagas el mojigato conmigo... – susurró humedeciendo sus labios y mirando los ojos negros con cierta dulzura – ¿Por qué no puedes relajarte? No es como si fuera la primera vez que nos vemos... o como si no supiera que estás casado – admitió elevando sus cejas – Voy a serte sincero al respecto de tu situación civil: me molesta mucho... pero es gratificante que hayas aceptado mi invitación a pesar de eso.

- Black estás haciendo que me arrepienta de haber venido – contestó Severus tragando saliva – Mira... me encanta mi vida con Antonin ¿comprendes? – comenzó a decir el pelinegro observando el gesto estoico impreso en el rostro del león – Durante algunos años me hubiese gustado que fueras tú el hombre a mi lado... y algunos días me asaltan esos extraños pensamientos – agregó notando cómo los ojos de Sirius comenzaban a brillar – Pero son vacíos... son sentimientos de atracción; eres una vía de escape fácil, sin problemas, sin situaciones de mierda con las que lidiar... y realmente creo que no podría acostumbrarme a una vida tan idílica y mundana...

Nacido en el año del CerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora