Nacido en el año del Cerdo

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- Junio de 1981 –

El ruido del agua corriendo y el trino de algunos pájaros era algo tranquilizador para ese extraño momento.
Al otro lado del ancho Río Amur se encontraba la ciudad China de Heihe y desde allí se podía ver la costa y algunas precarias edificaciones.

Igor largó un resoplido y observó de reojo el bonito pero entristecido perfil de Antonin; el sol colándose en el denso follaje dibujaba botones dorados en su negro y ondulado cabello, cortado un poco por debajo de sus afilados pómulos, la luz reflejada en el agua iluminando de vez en cuando sus ojos oscuros.

- ¿Qué clase de árbol es éste? – preguntó Karkaroff tratando de distraer a su amigo, mientras levantaba su cabeza, admirando el enorme ejemplar.

- Eres ruso... deberías saber que es un byeryóza – contestó desinteresadamente mientras le daba una larga calada al cigarrillo y largaba el humo con cierta brusquedad.

Igor elevó sus cejas ante la brusquedad de la respuesta y se giró para tomar una manzana del abundante desayuno que la criada les había llevado hasta allí.

- ... Un Dolohov se colgó de este árbol... - susurró Toni luego de chasquear la lengua, en un tono similar a la disculpa – Luego de sufrir un desengaño amoroso – agregó, guardando silencio enseguida, con un gesto pensativo.

- Pues si quieres seguir con la tradición... – comenzó a decir Igor con una sonrisa para luego darle un mordisco a la manzana – Aquella rama de allá es la más adecuada – finalizó con la boca llena mientras señalaba un grueso tronco – Por lo que veo tuvieron que cortar una parte del árbol para bajar al tipo... - dijo agudizando la vista y notando que una parte había sido talada hacia ya mucho tiempo.

Antonin inspiró con fuerza y arrojó el cigarrillo al suelo para pisarlo con sus lustrosos zapatos.

- No lo sé... - suspiró el pelinegro esta vez observando los ojos azul cobalto de Igor – Quiero decir... el tipo era Muggle... si no hubiese sido por mi abuelo que solía sentir bastante curiosidad por los No Magos y los Mestizos, no habría sabido nunca que hubo un Sangre Sucia en mi familia – agregó tragando saliva – Todos ellos son así, los Sangre Impura y los Traidores... se dejan llevar por emociones mundanas y son incapaces de mantener la puta estabilidad en sus vidas... y lo arruinan, siempre lo arruinan.

Karkaroff asintió, mientras juntaba sus labios.
Era la primera vez que escuchaba que Antonin utilizaba "Sangre Sucia"; no es que no creyera en eso, pero el muchacho era bastante correcto en sus formas de hablar y bien sabía que eso era un insulto muy grave.

Sobre todo si tu esposo era un mestizo.

- Estas enojado, mi amor... - susurró Igor haciendo que el pelinegro cerrara sus ojos y tragara saliva – Tómalo con calma, Antonin... es sólo un engaño – agregó con fraternalidad provocando que su interlocutor torciera su boca.

- No es sólo eso, Igor... - dijo humedeciendo sus labios y echándose el cabello hacia atrás – Se trata del tipo con el que me engaña ¿entiendes?.

Karkaroff observó fijamente a Antonin.

- ¿Cogiste con ese tipo también?.

- ¿Qué? – preguntó sorprendido Toni observando cómo brillaban los ojos cobalto - ¡No! – respondió asqueado al darse cuenta dónde quería llegar Karkaroff.

Igor sonrió divertido y elevó sus cejas.

- Pues deberías pensar en hacerlo algún día... - sugirió el ruso mientras escuchaba un quejido asqueado proveniente de los labios de Dolohov - Sirius Orion Black... - murmuró el Director de Durmstrang notando cómo la mención de ese nombre provocaba que el rictus se asentara en los labios de Toni - ¿Qué pasa o qué pasó con ese guaperas?... no es por desmerecerte, tu tienes lo tuyo absolutamente y eres un huracán en la cama... pero el tipo es bastante...