Sus manos temblaban mientras observaba su reflejo, haciéndose una trenza cosida en su negra cabellera, en el trozo de espejo que colgaba de un rincón de la tienda de campaña que compartía con otras jóvenes que se encontraban charlando animadas en un idioma extranjero el cual conocía poco; había aprendido algunas palabras de un niño que había estado unos años en la escuela, hijo de un rey polinesio.
Largó un suspiro al terminar el peinado y aplicó un poco de aceite de dalias en sus carnosos labios; sería una noche de celebración y de despedidas... dejaría esa tienda y se llevaría las pocas pertenencias de las que se había hecho los últimos años en esa remota escuela de magia perdida en Nepal.Dónde iría... aún no lo tenía del todo claro.
- Toc-toc - la voz masculina interrumpió la charla animada de sus compañeras y provocó que Mavra cerrara sus ojos, con un torrente de sentimientos extraños arremolinándose en su interior; por un instante creyó que estaría sola en su graduación, pero de alguna manera Igor se las arreglaba para aparecer en aquellos momentos en los que más necesitaba un rostro conocido - Lo siento señoritas - murmuró en ruso provocando que las muchachas lo observaran enarcando una ceja.
- Son tonganas, no te entienden - largó Mavra en ruso mientras se ponía de pie y ajustaba la faja de seda, marcando su cintura - y sabes que me molesta que hagas la tontería esa de tocar la puerta; vivo en una maldita carpa - gruñó juntando sus labios y dirigiendo sus negros ojos al rostro cansado de su padrino quien se encontraba en el umbral de la tienda.
Los Sherpas tenían reglas claras en las que ningún hombre podía entrar a las tiendas de las chicas, eso incluía las visitas.
- Acompáñame a caminar... tenemos muchas cosas que hablar y tengo una sorpresa para tí - susurró el ruso acomodando su larga cabellera y dejando que lloviera a un lado mientras Mavra ponía sus ojos en blanco - Por favor, no lo hagas difícil... esta noche he venido con compañía - agregó con impaciencia.
El gesto de la joven cambió y su rostro palideció; su corazón comenzó a latir desbocado mientras se hacía la idea que su hermano se encontraba al otro lado de la tienda.
Apretó sus dientes y con pasos decididos, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, atravesó la abertura mientras con su cuerpo empujaba a Igor.
Se detuvo de inmediato al reconocer al otro mago que se encontraba alejado, cercano a un farol de aceite que colgaba de un poste; el muchacho tragó saliva como si hubiese visto un fantasma y Mavra pudo notar que sus negros ojos se dirigieron a Igor, que había quedado a su espalda.
- Supongo que no tengo que presentarlos - susurró Karkaroff para luego chasquear su lengua - Es igual a Antonin ¿verdad Severus? bueno, tiene su mismo caracter de mierda así que ten cuidado con lo que le dic-
- ¿Por qué lo traes a él? - lo interrumpió la muchacha en ruso - ¿Dónde está mi hermano? - gruñó con la voz quebrada, esta vez volviendo su rostro, donde sus ojos negros comenzaban a llenarse de lágrimas y haciéndole la pregunta al mago que reconoció como el novio de Toni.
Severus aclaró su garganta, aún sin poder creer lo que sus ojos veían e incapaz de decir una sola palabra.
- Te juro Mavra... - comenzó a decir Igor, en un ruso mordaz - ... que no era mi intención, nunca lo fue y de hecho hice una promesa con tu hermano que este encuentro nunca iba a suceder; me alegro que hayan sido sólo palabras, sin un Inquebrantable - continuó notando cómo la muchacha torcía su gesto - Pero tu cuñado insistió en enviarme a Azkaban y de hecho es un experto Oclumante, y aunque intenté ocultarte muy dentro de mí, él te vio en mi recuerdo de aquella linda tarde juntando algunas flores en Durmstrang...
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Nacido en el año del Cerdo
Romance⚡⚡ Una fuerte tormenta y un alumbramiento. Un antiguo e inconfeso amor... y el destino, siempre el destino. ⚡⚡ ⭕SIRIUS/SEVERUS⭕ ⭕DOLOHOV/SEVERUS⭕