- 14 de Septiembre de 1976 -
Vio el destello dorado, brillante, familiar, por el rabillo de su ojo... y se largó con suma rapidez para atrapar la preciada Snitch; sin mucho trabajo esquivó la Bludger que Mulciber le había enviado, sabía que le hubiese sido difícil hacerlo si el que golpeaba hubiese sido Antonin.
Pero el Capitán no se hallaba en ese entrenamiento, o mejor dicho sí, pero no estaba volando... y a juzgar por el gesto en su rostro, tampoco estaba allí.
Sus negros ojos estaban realmente vacíos; debajo de éstos unas tenues medialunas grisáceas se dejaban ver en su piel.Antonin Dolohov estaba triste... y Régulus era un experto en darse cuenta cuándo el dolor iba en serio.
Había aprendido a leer desde la distancia a su amor platónico; las sonrisas podían ser por dos motivos: auténticas y por vergüenza... las últimas solían ser las más tiernas. También sabía cuándo Antonin estaba cabreado, por la forma en la que su ceño se fruncía y mordía sus carrillos... pero la tristeza en ese rostro era de verdad desoladora.Era como si algo dentro del Capitán se hubiese extinto, como si la decepción lo inundara... y ver eso desesperaba sobremanera al menor de los Black.
- ¡Régulus, mierda! – el grito de Bulstrode provocó que el muchacho se recompusiera de su divagación y sujetara más fuerte el mango de su escoba - ¡Llevo gritándote hace minutos que la Snitch está a tus espaldas! – agregó consternada taladrando al joven buscador.
Régulus dio un respingo y asintió al notar que Antonin los observaba desde el suelo, fingiendo interés.
- Lo siento, yo... me desconcentré – murmuró el menor de los Black tragando saliva y observando por encima de su hombro – Estoy algo cansado... se terminó el entrenamiento para mí por hoy – agregó entre dientes mientras comenzaba a descender bajo las miradas atónitas del resto del equipo.
Régulus fue perdiendo altitud con su escoba mientras Toni no le quitaba la vista de encima; fue entonces que el muchacho dejó escapar el aire y negó al notar que el menor de los Black tocaba tierra y se desmontaba de su escoba.
Bajó sus negros ojos a su libreta de anotaciones y mordió su labio inferior al notar que el muchacho de ojos verdes se estaba acercando al banco donde se encontraba sentado.- ¿Por qué no sigues jugando, Régulus? – preguntó Antonin con un tono entre autoritario y hastiado al sentir la cercanía del chico, sin levantar su mirada de los garabatos que estaba haciendo en la hoja.
- Me cansé de esta mierda... - largó el muchacho dejándose caer en el banco, junto al Capitán - ¿Tienes idea de lo horrible que es estar allí arriba sin escuchar tus gritos?.
Ahí estaba... la sonrisa auténtica... manchada con cierto pesar que hizo añicos el corazón de Régulus.
- Pensé que lo disfrutarían... - murmuró el ojinegro golpeando el papel, haciendo que Régulus lo mirara interesado.
- ¿Eso es...?
- ¿Esto? – preguntó Antonin siguiendo la trayectoria de la mirada de su amigo – Una birome... un artefacto muggle bastante práctico – agregó inspirando con fuerza – Por lo menos es mucho más ergonómico que nuestras plumas... - susurró observando la lapicera con interés – En algunas cosas... ellos son mejores que nosotros.
Régulus chasqueó la lengua y negó, con una sonrisa sincera en sus labios.
Antonin giró su rostro y lo observó con interés.
- ¿Es gracioso lo que digo? – preguntó Toni con cierta curiosidad.
- No... es muy propio de ti – respondió el ojiverde mirando fugazmente a su amigo, para luego centrar su atención en su escoba, algo azorado – Eres el puto amo en encantamientos... pero algunas cosas te gusta hacerlas a lo muggle... siempre me pregunté por qué... - añadió enarcando una ceja mientras con sus finos dedos separaba las ramas de su Nimbus 1000.
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Nacido en el año del Cerdo
Romance⚡⚡ Una fuerte tormenta y un alumbramiento. Un antiguo e inconfeso amor... y el destino, siempre el destino. ⚡⚡ ⭕SIRIUS/SEVERUS⭕ ⭕DOLOHOV/SEVERUS⭕