CAPÍTULO 17

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Aunque no pude dormir, si me dediqué a estar un rato en la cama. Pero en un momento sentí la necesidad de tomar un chocolate caliente, así que bajé a prepararme uno, y es en eso que llegó mi mamá del trabajo.

- Sabía que no estabas bien esta mañana-. Me dijo ni bien me vio.

- Me sentía bien esta mañana pero empecé a sentirme peor-. Admití.

- Deberías estar descansando, no te ves muy bien-. Me dijo mientras me ayudaba a preparar mi chocolate, haciendo un poco más para ella.

- Gracias-. Le dije y volví a subir.

Tomé mi chocolate y me dormí, hasta que alguien interrumpió mi sueño. Abrí mis ojos y vi a mi mamá y a ¿John?

- Llamé a John porque hacía mucho tiempo que no te veía así de malita.- dijo como si todavía yo fuera una niña para ella.

John se encontraba parado en mi habitación con ropa informal y con un maletín en su mano, suponía que ahí guardaba sus cosas de medico.

- Hola-. Le dijé a ese hombre que me era sumamente extraño, pero que me caía algo bien por hacer sonreír a mi madre.

- Hola-. El me dijo con una sonrisa en su rostro.

- Los dejo así el te revisa bien-. Dijo mi madre para salir de la habitación. Ambos miramos hacia la puerta.

- Sofía ¿no?-. preguntó y yo asentí.- te voy a pedir que te sientes bien-. Le hice caso mientras él se sentaba también en mi cama y apoyaba su maletín en el piso mientras sacaba sus cosas.- voy a revisar tus pulmones ¿sí?-. volví a asentir con la cabeza.

Me hizo seña como para que girara mi cuerpo y le diera la espalda, cuando de repente siento una de sus manos contra mi piel y el frio del estetoscopio. Había levantado la camiseta de mi pijama para poder apoyar el aparato por sobre mi sujetador. Su toque me hizo sentir muy incómoda y sentí como de pronto mi corazón latía muy rápido.

Sacó el aparato de ahí para hacerme girar otra vez y apoyarlo en mi pecho, tocaba apenas mis pechos, pero lo suficiente como para ponerme de nerviosa.

- Tranquila ¿sí?, tu corazón va muy rápido. Respira hondo por la nariz y exhala por el mismo lugar-. Seguí lo que él me decía.- si, así. Muy bien-. Repetí varias veces hasta que el sacó el aparato de mi pecho.- ¿quieres decirme que síntomas has tenido?

- He tenido fiebre, estornudo mucho y mi nariz se tapa.

- Tus pulmones se escuchan bien, así que debe ser solo un resfrió ¿has tomado frio?.

- Si, ayer me agarro la lluvia al salir de la universidad-. Si bien no decía la verdad, tampoco estaba mintiendo.

- Bien, voy a darte unas medicinas y supongo que en 3 días estarás como nueva-. Dijo mientras buscaba una pequeña libreta en su maletín, pero lo detuve.

- Este... hoy compré unas medicinas-. Me acerqué a mi mesita de noche y saqué la bolsita con las medicinas que William había comprado para mi.- son estas-. Se las acerqué.- estas son gotas para la congestión, me han ayudado bastante.

- Justo te las iba a recetar-. Me dijo.- pero ten cuidado con las gotas que pueden ser peligrosas si abusas de ellas-. Asentí con la cabeza.

- Ya que estas aquí, ¿podrías hacerme un certificado para presentar en el trabajo y en la universidad?, me has aliviado el tener que ir a un hospital-. Le sonreí.

Ambos aprovechamos para bajar, yo necesitaba comer algo aunque ya era algo tarde para cenar. Mamá estaba sentada en la mesada de la cocina bebiendo un té, y se bajó enseguida cuando nos vio venir.

Destrucción (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora