El aturdimiento y los mareos que sentía fueron disminuyendo conforme pasaban los días. El golpe había sido lo suficientemente fuerte como para causarme una pequeña conmoción cerebral. John me había dicho que los síntomas desaparecerían a la brevedad, pero mientras tanto no podía hacer nada, así que me sentía atrasada con todo. Podría decir que el mayor de mis preocupaciones era la universidad, pero no. Sabía que tarde o temprano tendría que volver con él.
Estando más consciente de todo lo que había sucedido, no sabía bien que era todo eso que pasó. Estaba muy confundida y no era por el golpe. No entendía porque él llegó a pensar que yo quería tener algo con él, jamás le había dado un indicio de sentir algo o querer algo con él. Más bien, creo que siempre le demostré que quería tenerlo lejos de mí.
Si antes lo odiaba, ahora más odio había crecido en mí. Para mucha gente el primer beso es importante, yo creía lo mismo, pero él me lo robó de una forma ruin, fue totalmente asqueroso. De solo saber donde el ponía su boca con otra mujeres, me daba más asco todavía.
¿Por qué me había tratado de aquella manera? Me preguntaba constantemente. Bien tenía entendido que sus tratos de mierda hacia mí se debían a que una persona como yo esté trabajando en un lugar como ese, yo no encajaba y lo tenía más que claro. Pero lo ocurrido en aquella habitación, no le encontraba respuesta, o quizás tenía parte de ella. Sabiendo de su historial en cuanto a mujeres sumado a las cosas que pude observar de primera mano sobre el tema, llegué a la conclusión que el tenia ese trato brutal casi animal, era como una especie de Christian Grey pero real. Por otro lado, luego de lo ocurrido se mostró apenado, o al menos fue eso lo que demostró. Mi mente dudaba, podría mostrarse apenado por dos motivos: tenía miedo de que lo denuncie y no contar más con mi ayuda, o se había dado cuenta del daño que me hizo.
No quería pensar más en el tema, hacia que me doliera la cabeza.
El día estaba sumamente nublado y con neblina, perfecto para salir afuera, ya que una de las consecuencias del golpe era que sentía mucha debilidad ante la luz solar. Así que de noche o los días nublados estaban siendo perfectos para mí.
Me encontraba en el pequeño patio de casa, haciendo un poco de orden, me sentía lo suficientemente bien como para hacerlo, de paso tomaba aire fresco ya que hacía muchos días que no salía de la casa.
Iba todo bien hasta que escuché una voz a mis espaldas.
- Me dijo tu madre que estabas aquí-. Habló con ese tono serio y frio que muchas veces empleaba para hablarme solamente a mí.
Yo por mi parte decidí no contestarle y seguir rastrillando el pasto que había cortado.
- ¿Vas a ignorarme?-. seguí sin omitir palabra alguna. De hecho hacia como si él no estuviera ahí.
De repente siento que el rastrillo es sacado de un tirón de mis manos y tirado al suelo, luego el se coloca frente a mí.
- Ey-. Me quejé.- mi madre está adentro, puede verlo.
- Salió ni bien llegué así que estamos solos-. Me sonrió con burla y me sentí desprotegida.
Me agaché lentamente para agarrar de nuevo el rastrillo y seguí con lo que estaba haciendo. Pero de nuevo, de un tirón me lo sacó de las manos. Suspiré cansada.
- Quieras o no tenemos que hablar-. Dijo determinante.
- Yo no tengo nada que hablar con usted-. Me voltee para caminar al interior de mi hogar. Después seguiría con mi trabajo.
- Escucha, ¿vas a volver? Te necesito-. lo escuché preguntar, ahora sonaba más calmado y suplicante. Se cuanto le dolía ser así.
- No quiero, pero debo hacerlo. Ahora si puede marcharse de mi casa-. Me paré a contestarle.
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Destrucción (en edición)
RomanceSINOPSIS: La joven introvertida y tímida Sofía Zafra se enfrenta a sus pasantías universitarias, pero lo que no sabe es que se va a enfrentar a el hombre que comenzó a destruirla desde que tenía diez años y que no parara hasta destruida por completo...